El Profeta (s.a.w.) amaneció con el semblante cambiado y uno de sus Compañeros dijo: “Le haré reír”. Y se apresuró hacia él y le dijo: “¡Que mi padre y mi madre sean sacrificados por ti! Me dijeron que el Daÿÿâl (el Anticristo) aparecerá y la gente estará hambrienta por lo que les convocará para comer. Si es que llego a estar en su época, ¿qué opinas? ¿ le arrojo su comida de manera que cuando tenga retorcijos de hambre eso sea una señal de mi fe en Dios y que habré descreído de él? ¿o mejor disfruto de su comida?”. El Profeta (s.a.w.) rió, siendo su risa siempre la sonrisa, y le dijo: “Dios, Glorificado Sea, te enriquecerá con aquello que enriquece a los creyentes”. (Las Virtudes Morales del Profeta del Islam y de la Gente de su Casa, P23)
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