Los policías se enfrentan a al menos 1600 solicitantes centroamericanos de asilo confinados en un refugio improvisado en la ciudad fronteriza mexicana.
“Nos mintieron, estamos encerrados”, denunciaron el miércoles los inmigrantes centroamericanos que se encuentran en los albergues en Piedras Negras, en el estado de Coahuila.
El gobierno de Coahuila afirmó el viernes que la situación está bajo control y los inmigrantes –que han estado recluidos durante al menos 10 días en un edificio de una fábrica vacante rodeada por los policías y soldados– “están bajo la protección”.
Joe Rivano Barros, un oficial de campo del grupo Raíces, defensor de los derechos de los refugiados con su sede en Texas, dijo que los solicitantes de asilo están frustrados por la falta de información sobre la petición de asilo.
“Es monótono, es como vivir en una prisión”, dijo Rivano Barros sobre los inmigrantes con los que ha hablado.
El Gobierno Federal de México había dicho previamente que los migrantes no tienen permiso de salir del refugio sin ser escoltados por los policías.
Rivano Barros añadió que vio unos siete autobuses esperando fuera del refugio para llevar a los solicitantes de asilo a las ciudades como Hermosillo y Sonora. Desde Hermosillo, los migrantes podrían llegar a la ciudad fronteriza de Tijuana, donde están otras caravanas que buscan ingresar en EE.UU.
En redes sociales también circula un vídeo en el que se ve a elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de México golpear a un grupo de cinco personas al exterior del Estadio Jesús Martínez “Palillo” (en Piedras Negras), lugar en donde se ubica el albergue instalado por el Gobierno mexicano.
En la grabación de 41 segundos se ve cómo un uniformado de la policía preventiva somete a un hombre por el cuello para después empujarlo y darle un cabezazo. A otro más le dan un golpe y lo tiran al suelo. Varias mujeres también que tratan de impedir la agresión y son empujadas.
Desde mediados de octubre, miles de migrantes han partido de países como Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, huyendo de la pobreza, la violencia de las pandillas y la inestabilidad política, con el objetivo de pedir asilo a Washington.
Para los centroamericanos, que normalmente dependen de los tratantes de personas, para viajar a EE.UU., las caravanas ofrecen una forma más barata y segura de migrar. Entonces, a pesar de la oposición del presidente de EE.UU., Donald Trump, los expertos dicen que es probable que las caravanas continúen formándose.
Hasta el momento, Trump ha ordenado el despliegue de miles de soldados a lo largo de la frontera para impedir la “invasión” de migrantes centroamericanos que, distribuidos en varias caravanas, intentan llegar a Estados Unidos.
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