Debido a que el Islam es esencialmente un modo de vivir, y no solamente una práctica religiosa restringida a una adoración semanal, el matrimonio constituye una parte importante de la vida de todo musulmán.
En el Corán, la relación matrimonial está descripta como una de “tranquilidad”, “amor”, “misericordia”. En otro lugar del Corán, el esposo y la esposa son descriptos como “vestiduras” del uno y de la otra donde se dice Ellas son su vestimenta, y ustedes la vestimenta de ellas (2:187).
Los musulmanes contemplan al matrimonio como la base de la sociedad y la vida familiar. En un aspecto práctico, el matrimonio islámico está, por lo tanto, estructurado a través de los derechos y deberes legalmente aplicables para ambas partes. En una atmósfera de amor y respeto, estos derechos y deberes proveen de un marco para el equilibrio de la vida familiar y para la satisfacción de ambos integrantes de la pareja. Para facilitar que esto surja y evitar el conflicto innecesario, el Islam establece ciertos principios, derechos y responsabilidades que un cónyuge tiene sobre otro. Al hacer esto, se resuelve muchos de los principales motivos de conflicto y los cónyuges se pueden centrar en lo que realmente importa. A continuación indicamos algunos derechos de los esposos:
Derechos Generales
Ser tratados con honor, amabilidad y paciencia.
Disfrutar de las relaciones íntimas entre sí.
Tener hijos, si es la voluntad de Dios.
Mantener la propia identidad personal y legal después del matrimonio, mantener el propio nombre familiar, heredar derechos, propiedades, mahr, etc.
Deberes Generales
Ser fiel al lazo matrimonial.
Esforzarse en ser atractivo para el propio cónyuge.
Asistirse y apoyarse mutuamente y dirimir las disputas amigablemente.
El esposo tiene el deber de proveer a todo el mantenimiento físico de la familia (casa, ropa, comida, asistencia médica, etc.)
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