¿Cómo suplicar a Dios? (parte 1)

Mar, 03/17/2020 - 14:44
suplicar

Cada obra religiosa tiene sus propios rituales y protocolos, y la súplica como una obra de adoración requiere de algunos protocolos y condiciones. El cumplimiento de estos protocolos es muy útil para que nuestros pedidos sean respondidos. Al respecto, se ha narrado del Imam Sadiq (P) que dijo: “Absteneos de suplicar a Dios por las necesidades de este mundo o del más allá antes de que empecéis vuestra súplica con la alabanza de Dios, Su glorificación, la salutación al Profeta Muhammad (PBD) y la confesión sobre vuestros pecados. Luego, podéis pedir lo que necesitáis.”
Las narraciones islámicas nos recomiendan suplicar a Dios con los siguientes protocolos:
1- Invocar a Dios llamándolo con Sus nombres y atributos.
Leemos al inicio de la Sura al-Qafir que los ángeles que portan el Trono dicen: “¡Señor nuestro! Tú lo abarcas todo con Tu misericordia y sabiduría. Perdona a quienes se arrepienten y siguen Tu camino, y presérvalos del castigo del Fuego.”
En esta aleya, leemos que los ángeles primeramente llaman a Dios como “Señor” y después de glorificarlo por Su Misericordia y Sabiduría, empiezan a suplicar ante Él. En esta aleya se enfatiza en los siguientes atributos de Dios: Su Señorío, Su Misericordia, Su Poder, Su Conocimiento y Su Sabiduría. 
Según las aleyas coránicas, los creyentes, Profetas (P) y ángeles, empiezan su súplica con la palabra “Oh Señor” o “Señor nuestro”. Por ejemplo, el Profeta Adán (P) dijo: “¡Señor nuestro! Hemos sido injustos con nosotros mismos”; el Profeta Noé (P) dijo: “¡Señor mío! Perdóname y perdona a mis padres”; el Profeta Abraham (P) dijo: “¡Oh, Señor nuestro! Perdóname, así como a mis padres y a todos los creyentes el Día que se celebre el Juicio [Final]” ; el Profeta José (P) dijo: “¡Señor mío! ¡Tú me has dado parte del Gobierno” ; el Profeta Moisés (P) dijo: “¡Señor mío! Por el favor que me has otorgado, nunca seré auxiliador de un malhechor criminal” y el Profeta del Islam (PBD) dijo: “¡Oh, Señor mío! Me refugio en Ti de los susurros de los demonios”.
También, leemos en la Sura Ale ‘Imran que los creyentes dicen “Señor nuestro! ¡No has creado todo esto en vano!”. Estas aleyas demuestran claramente que la mejor súplica es la que se empieza con el testimonio acerca del Señorío de Dios. Aunque Su nombre especial es Allah, pero puesto que la súplica se trata del  Señorío de Dios, es mejor llamarlo como “Señor” al inicio de las súplicas.
2- Saludo al Profeta Muhammad (PBD) y Ahlul-Bait (P)
Es recomendable saludar al Profeta Muhammad (PBD) y Ahlul-Bait (P) en las súplicas. Se ha narrado del Imam Sadiq (P) que dijo: “Si una persona tiene un pedido a Dios, debe empezar su súplica con la salutación al Profeta Muhammad (PBD) y su familia, luego puede pedir lo que necesita y debe terminar su súplica con la salutación al Profeta Muhammad (PBD) y su familia; ya que Dios, Exaltado Sea, es más generoso de que acepte las dos salutaciones al inicio y al final de la súplica, sin aceptar el pedido que está entre ellas.” También, se ha narrado otro hadiz de él donde dijo: “Ninguna súplica alcanza el cielo hasta que se manden saludos al Profeta Muhammad (PBD) y su familia.”
3- Invocar a Dios con humildad
En el momento de hacer súplicas, es recomendable invocar a Dios con humildad. El Sagrado Corán nos dice a este respecto: “Invoquen a su Señor con humildad en privado”. También, se ha narrado que el Imam Sadiq (P) dijo a Abu Basir: “Si tienes miedo de algo, o que tienes algún pedido, empieza tu súplica en el nombre de Dios y alábalo como merece y manda salutaciones al Profeta Muhammad (PBD) y luego pide lo que necesitas, y en este instante trata de llorar, aunque sea tan poco como el ala de una mosca. Mi padre siempre decía que el momento más cercano a Dios es el momento en que la persona se ha prosternado frente a Él mientras que derrama lágrimas.”
Cabe mencionar; que el hombre siempre debe agradecer a Dios bajo cualquier condición. El Sagrado Corán dice que algunas personas invocan a Dios con mucha humildad en el momento de dificultades, pero después de que se solucionan sus problemas, no son agradecidas:
“Di: « ¿Quién os salva de las tinieblas de la tierra y el mar, cuando Le invocáis con humildad y temor: Si nos salva de ésta, seremos, ciertamente, de los agradecidos?» Di: «Es Dios Quien os salva de ella y de toda dificultad. Tras ello, volvéis al politeísmo.»”
Sin embargo; los creyentes verdaderos siempre invocan a Dios con humildad, tanto durante las dificultades como en el momento de su alegría y comodidad. La humildad ante Dios debe ser acompañada por el temor a Él; y al mismo tiempo, como dice el Sagrado Corán, debemos esperar Su misericordia: “Imploradle con temor y esperanza”. El Imam Baqir (P) dice: “La mejor gota ante Dios es la gota de las lágrimas que se derrama en la oscuridad de la noche por el temor a Dios, siempre y cuando la persona invoque únicamente a Dios.”

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