La calma es la base de todos los placeres y alegrías. Si perdemos la calma debido a un placer, en realidad estaremos perdiendo también dicho placer. Ningún placer o alegría debería hacernos perder la calma. En esencia, el placer que proviene de un pecado va acompañado de estrés y ansiedad, y esto arruina la calma de una persona.
La verdadera tranquilidad y calma según el Sagrado Corán:
وَمَنْ أَعْرَضَ عَن ذِکْرِی فَإِنَّ لَهُ مَعِیشَةً ضَنکًا وَنَحْشُرُهُ یَوْمَ الْقِیَامَةِ أَعْم
Pero quien se aleje de Mi recuerdo llevará una vida de tribulación, y el Día del Juicio lo resucitaré ciego. (20:124)
الَّذِینَ آمَنُوا وَ تَطْمَئِنُّ قُلُوبُهُمْ بِذِکْرِ اللَّهِ أَلا بِذِکْرِ اللَّهِ تَطْمَئِنُّ الْقُلُوبُ
Los corazones de los creyentes se sosiegan con el recuerdo de Dios. ¿Acaso no es con el recuerdo de Dios que se sosiegan los corazones? (13:28)
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