El día 4 de noviembre es uno de los días más inolvidables en la historia de la Revolución Islámica en Irán.El exilio del Imam Jomeni (que descanse en paz) a Turquía, el 4 de noviembre de 1964, la matanza de los estudiantes revolucionaros en Teherán el 4 de noviembre de 1978, y por fin la toma de la embajada estadounidense o el “nido de espías”, en Teherán el 4 de noviembre de 1979 por estudiantes musulmanes revolucionarios, se consideran tres acontecimientos importantísimos e influyentes en la gestación y el triunfo y la consolidación de la revolución y del sistema de la República Islámica de Irán. Por tal razón, el día 4 de noviembre ha sido denominado ”Día Nacional de Lucha contra la Arrogancia”.
El día 4 de noviembre es uno de los días más inolvidables en la historia de la Revolución Islámica en Irán.El exilio del Imam Jomeni (que descanse en paz) a Turquía, el 4 de noviembre de 1964, la matanza de los estudiantes revolucionaros en Teherán el 4 de noviembre de 1978, y por fin la toma de la embajada estadounidense o el “nido de espías”, en Teherán el 4 de noviembre de 1979 por estudiantes musulmanes revolucionarios, se consideran tres acontecimientos importantísimos e influyentes en la gestación y el triunfo y la consolidación de la revolución y del sistema de la República Islámica de Irán. Por tal razón, el día 4 de noviembre ha sido denominado ”Día Nacional de Lucha contra la Arrogancia”.
La revolución islámica iraní tuvo dos aspectos: lucha contra el despotismo interno y lucha contra el colonialismo extranjero que apoyaba a los gobernantes despoticos en Irán.
El fundador de la revolución islámica, el Imam Jomeini, desde el principio del movimiento, colocó en su agenda de luchas, el fin de las políticas autoritarias del régimen monárquico y del colonialismo extranjero, encabezado por EEUU.
Después del fin de la época de colonialismo directo, los gobiernos imperialistas optaron por el colonialismo indirecto o mejor dicho el neocolonialismo.
Después de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, todas las colonias alcanzaron independencia pero, desgraciadamente, en la mayoría de ellas llegaron al poder gobernantes autoritarios o líderes de la independencia que para mantenerse en el poder, emprendieron gobiernos despóticos ganando el apoyo de las potencias colonialistas.
Asimismo, las revoluciones llevadas a cabo en algunos países en contra de gobernantes despóticos no resultaron todo un éxito, pues los revolucionarios, para liberarse del dominio de los gobiernos colonialistas, buscaron el apoyo de otro. Este es el caso de la mayoría de las revoluciones de las décadas de los 60,70 y 80.
La revolución islámica iraní fue la única revolución que triunfó con el lema de “ni el este ni el oeste”. Esta destacada característica de la revolución responde a las guías del Imam Jomeini desde el inicio del movimiento a principios de la década de los 60.
En aquel tiempo, EEUU intentaba imponer la "Ley de Capitulación" en Irán para afianzar su dominio e influencia en este país. Según dicha legislación, a todos los asesores estadounidenses en Irán se les otorgaría inmunidad judicial, lo que prohibía a los tribunales locales investigar los delitos cometidos por dichas autoridades foránéas.[1]
Continuará...
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[1] spanish.irib.ir
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