La delegación de los cristianos de Nayran en Medina y Mubahala (1)

Vie, 05/05/2017 - 07:50

چکیده:

El bello distrito de Nayran y sus setenta pueblecitos están situados en la frontera del Hiyaz y el Yemen. En el umbral de la aparición del Islam, Nayran constituía el único punto que había abandonado la idolatría y practicaba el cristianismo. Simultáneamente a sus comunicaciones a los gobiernos extranjeros de la época, y a los pueblos religiosos del mundo, el Enviado de Dios (B.P.) envió una carta al obispo de Nayran por la que invitaba al Islam a sus habitantes.

Al-Mubahalah (en árabe: المباهلة ), Mubahala literalmente significa "mutua oración o Lian, pero en la tradición islámica se refiere a una forma de resolver los conflictos religiosos.
El bello distrito de Nayran y sus setenta pueblecitos están situados en la frontera del Hiyaz y el Yemen. En el umbral de la aparición del Islam, Nayran constituía el único punto que había abandonado la idolatría y practicaba el cristianismo.
Simultáneamente a sus comunicaciones a los gobiernos extranjeros de la época, y a los pueblos religiosos del mundo, el Enviado de Dios (B.P.) envió una carta al obispo de Nayran por la que invitaba al Islam a sus habitantes.
He aquí su contenido: "En el Nombre del Dios de Abraham, Isaac y Jacob. De Muhammad, el Enviado de Dios, al obispo de Nayran: Alabo y adoro al Dios de Abraham, Isaac y jacob, y los convoco a abandonar la adoración de los siervos de Dios para adorar al Dios verdadero. Los exhorto a salir de debajo de la soberanía de los hombres para entrar bajo la soberanía divina. En caso de que no acepten mi exhortación, deberán, al menos, pagar la yazia al gobierno islámico, por la cual sus vidas y bienes estaran fuera de peligro”.
Qtros textos históricos de la Shi'a dicen que además de lo transcripto Muhammad incluyó en el texto la "aleya de la Gente del Libro":
"Di: «¡Gente de la Escritura !Convengamos en una fórmula aceptable a nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Alá, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como Señor fuera de Alá». Y, si vuelven la espalda, decid: «¡Sed testigos de nuestra sumisión!»"[1]
Los emisarios del Profeta entraron en Nayran y entregaron la carta al obispo. Ella leyó atentamente y a fin de tomar una decisión convocó a un consejo de destacadas personalidades religiosas y no religiosas. Uno de los integrantes del cónclave era un hombre de nombre Shar, famoso por su inteligencia y habilidad.
Opinó: "Mis conocimientos religiosos son escasos, por lo tanto no me asiste mucho derecho a expresar mis ideas. Si se tratara de un asunto no inherente a la religión yo podría proporcionar diferentes soluciones, pero no me queda más remedio que advertirte: reiteradas veces hemos oído a nuestros líderes religiosos que un día la profecía pasaría de la generación de Isaac a la de Ismael, y no es descabellado pensar que Muhammad sea descendiente de este último y el mesías prometido”.
Finalmente el consejo determinó el envío de una delegación que representara a Nayran en Medina y entablara contacto directo con Muhammad analizando las señales de su profecía. De esta forma, setenta de las sabias personalidades de Nayran fueron elegidas para la misión. La delegación estaría presidida por tres líderes religiosos. Eran Abu Hariza Ibn Alquama, jefe de la delegación y representante oficial de la iglesia romana en el Hiyaz; Abdul Masih, jefe de la delegación y famoso por su habilidad e inteligencia, y Aiham, un anciano muy respetado en Nayran.
Tras arribar a Medina y en horas de la tarde la delegación hizo su regreso a la mezquita. Todos vestían ropas de seda, llevaban anillos de oro y enormes cruces pendían de sus cuellos. Su inadecuado y lujoso aspecto especialmente para presentarse a la  mezquita, desagradó al Profeta pero los visitantes no advirtieron el motivo de su desagrado.
Inmediatamente se comunicaron con Uzman Ibn Affan y Abdurrahmán Ibn Auf, a quienes ya conocían, y les comentaron lo ocurrido. Ellos les dijeron: "El nudo será desatado por Alí Ibn Abi Talib” (es decir: La solución está en sus manos). Al recurrir al Príncipe de los creyentes se les dijo: "Deben cambiar sus atuendos y visitar al Profeta con otros más sencillos y sin oro ni adornos. De ese modo serán recibidos con gran respeto y veneración.”
Entonces todos se presentaron nuevamente como les había aconsejado Alí Saludaron al Enviado de Dios (B.P.) quien respetuosamente les respondió y aceptó los obsequios que le habían llevado. Antes de entrar en gestiones los viandantes expresaron que el momento de su oración había llegado. Muhammad les permitió orar. Los cristianos rezaron entonces con sus rostros orientados hacia el este.[2]
... continuará
______________
[1]. El Corán, 3:64
[2]. Extraído del libro La Historia de Mahoma (PB); Vida del Profeta Muhammad (PB) e historia de los orígenes del Islam

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