Como otros axiomas, el más allá (Ma’ad) es uno de los primeros requisitos para ingresar a la religión del Islam y se define como la existencia de otro mundo al que entran las criaturas después de su muerte, donde experimentan la vida eterna. Es de notar que la creencia en recibir revelación y profecía (Nubuwwah) construye el fundamento de este axioma; en otras palabras, uno no puede encontrar aceptación en la otra vida a menos que llegue a la fe en la profecía y, lo que es más importante, en el monoteísmo (Tawhid).Sin embargo, los profetas no llegaron a imponer la idea de Ma’ad a sus seguidores, sino que llevaron la mente de la gente a reflexionar sobre este tema y reconocer su validez. La razón por la que este concepto se considera un axioma es que el Islam no solo quiere que tengamos fe en el más allá dependiendo de la creencia en la profecía, sino también a través de una investigación individual y consciente.
¿Cómo encontrar la fe en el más allá?
Aparte de las revelaciones que recibieron los profetas, existen otras formas y pruebas para llegar a creer en la otra vida, que es el resultado de los esfuerzos intelectuales y científicos de los seres humanos, incluido el conocimiento de Dios, el universo y el alma humana. Aquí presentaremos brevemente cada una de estas formas.
1. Atributos de Dios
Este argumento, que se basa en el axioma del monoteísmo (Tawhid) -Dios existe y es el único y debe ser aceptado a través del pensamiento racional-, afirma que Dios no puede ser considerado perfecto y sabio a menos que creamos en la existencia de un mundo más allá de este. mundo material, una vida después de la muerte. En otras palabras, sin la vida después de la muerte, toda la creación se volverá vana y sin sentido.
Si encontramos una sabiduría que gobierna el universo, entonces necesita la existencia de otro mundo que complemente la creación y forme parte de ella. ¿Pero por qué? Justificamos este problema basándonos en los atributos de Dios.
Justicia divina
Dios es justo y ha construido los cimientos del universo, el cielo y la tierra sobre la justicia. La vida humana, también, se coloca dentro de este orden justo; por lo tanto, la justicia de Dios requiere que cada criatura esté dotada de lo que se merece para evitar negar su derecho.
La recompensa de muchas buenas obras no se obtiene en este mundo, al igual que muchos pecados que no pueden ser castigados cabalmente durante esta vida terrenal. En consecuencia, dado que este mundo es limitado y no tiene la capacidad de brindar a los seres humanos sus merecidos premios o castigos, debe existir otro mundo con un tiempo infinito e ilimitado para compensar los derechos que las personas no han adquirido en este mundo.
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