
El hombre necesita del equilibrio más que cualquier otra cosa en su inestable vida. Aquéllos que se comprometen en la lucha por conseguir metas sin estar equipados con el arma de la estabilidad se enfrentan a la derrota y al fracaso. De hecho, cuando aumentan las propias responsabilidades aumentan, paralelamente, la necesidad de estabilidad y seguridad. En vista de ello, es un deber para todos aprender a evitar la ansiedad y convertirla en confianza y certeza. La lucha por adquirir riqueza, poder, fama y otras ganancias materiales no es sino una falsedad.
Los esfuerzos hechos en este camino se desperdiciarán porque la felicidad del hombre yace en su propia alma así como la fuente de su miseria yace en el fondo de su corazón. La medicina, según el Imam Ali (la paz sea con él), está dentro de la propia alma del hombre, de tal forma que no podemos encontrar influencias externas que tengan el mismo efecto que los poderosos recursos del alma humana.
Debido a que las influencias exteriores son temporales, es imposible que éstas conduzcan al hombre a la satisfacción completa. Epictetus, filósofo griego dice: ¨Debemos hacer saber a la gente que no pueden encontrar la felicidad y la buena suerte en los lugares que la buscan accidentalmente. La felicidad verdadera no yace ni en el poder ni en la destreza. Tanto mirad como Agluis eran gente miserable a pesar del gran poder que tuvieron. Asimismo, la felicidad no yace en la riqueza ni en las grandes cantidades de dinero. Croesus, el rey de Lydia (Anatolia), por ejemplo, no fue feliz a pesar de su extensa riqueza y tesoros. La felicidad tampoco se puede lograr ni por el poder gubernamental ni por los enfrentamientos políticos.
Los Césares romanos fueron infelices a pesar de su gran poder”. Debemos admitir que la solución a muchos enigmas de la naturaleza y el rápido incremento de la tecnología no son suficientes para ocasionar una inquietante vida liberada. Esta nueva maquinaria no es solamente incapaz de reducir la cantidad de sufrimiento en el mundo, sino que también aportó muchos nuevos problemas e incertidumbres.
Por lo tanto, para liberarnos a nosotros mismos de los sufrimientos continuos de la vida e ir más allá de las nubes negras que oscurecen nuestras almas, necesitamos, urgentemente, que nuestras mentes sean guiadas correctamente. La mente puede asegurar la felicidad humana de la misma manera que es capaz de producir muchos adelantos en nuestra vida material.
De ahí, que el poder mental llegue a manifestarse claramente y muestre su influencia asombrosa sobre la vida del hombre. La claridad mental es un manantial fluido que lleva al hombre al grado más óptimo, más que las ganancias materiales y pueden introducirlo en un mundo nuevo y extenso. La mente guiada impide que los individuos inteligentes se conviertan en juguetes en poder del dinero. A fin de salvaguardarnos a nosotros mismos de ser víctimas de diversos acontecimientos y protegernos de las olas de la
Añadir nuevo comentario