La mujer no es mercancía (parte 2)

Vie, 05/05/2017 - 07:51

La Mujer y la Libertad

1. Libertad para Laborar: El Islam considera a la mujer uno de los pilares de la sociedad y le ha concedido una serie de obligaciones. La mujer no puede ni debe ser un miembro estático una existencia ineficaz e inútil. El Islam considera al trabajo como una obligación y uno de las mejores adoraciones, alejando a sus seguidores de la ociosidad e inactividad, así como de ser sólo un consumidor.

2. Libertad a tener propiedad: El Islam respeta la propiedad de la mujer tal y como la del hombre. La mujer puede a través del trabajo, comercio, empleo de oficina, dote, regalo y cualquier otro camino legítimo, obtener una propiedad, ser su dueña y beneficiarse de sus ganancias. Nadie tiene derecho a apoderarse de su riqueza sin su anuencia, sea su padre, madre, esposo o hijos.

La Mujer y la Libertad
1. Libertad para Laborar: El Islam considera a la mujer uno de los pilares de la sociedad y le ha concedido una serie de obligaciones. La mujer no puede ni debe ser un miembro estático una existencia ineficaz e inútil. El Islam considera al trabajo como una obligación y uno de las mejores adoraciones, alejando a sus seguidores de la ociosidad e inactividad, así como de ser sólo un consumidor.
2. Libertad a tener propiedad: El Islam respeta la propiedad de la mujer tal y como la del hombre. La mujer puede a través del trabajo, comercio, empleo de oficina, dote, regalo y cualquier otro camino legítimo, obtener una propiedad, ser su dueña y beneficiarse de sus ganancias. Nadie tiene derecho a apoderarse de su riqueza sin su anuencia, sea su padre, madre, esposo o hijos.
3. Libertad para elegir esposo: La mujer al igual que el hombre tiene total libertad para elegir a quien será su esposo. Es incorrecto casar sin su consentimiento a una mujer que ha llegado a su adolescencia. Nadie tiene derecho a obligarla a elegir a un hombre o a casarse con él, inclusive ni siquiera el padre, la madre, el abuelo o hermano.
4. Libertad de estudiar: Si la mujer es soltera, puede estudiar y nadie tiene derecho a oponerse. Pero si la mujer está casada y tiene esposo, deberá respetar los derechos de su esposo y sus hijos, consultar con su esposo y llegar a un acuerdo para continuar sus estudios.
5. Libertad para elegir la vivienda: Si la mujer no tiene esposo es completamente libre para elegir el lugar donde vivir. Pero si es casada deberá aceptar lo que decide su esposo en cuanto al barrio y el lugar donde vivir. Preparar la vivienda es una de las responsabilidades y decisiones que asume el hombre. Claro está la vivienda debe ser digna del estatus de la familia y dentro de las posibilidades monetarias del hombre asegurando la tranquilidad de ésta. En caso de que vivan en casa del los padres del hombre o en forma colectiva con otros, pero la mujer por falta de tranquilidad pide una vivienda privada, el hombre deberá aceptar si se encuentra dentro de sus posibilidades. Así también si su vivienda es pequeña o alguien les molesta, la mujer puede pedir que cambien de vivienda en caso de que se encuentre dentro de sus posibilidades, el hombre deberá aceptar su petición ya que todos estos son motivos para mejorar las relaciones.[1]
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[1]. www.ibrahimamini.com
 

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