Necesidad de respetar a los niños

En este artículo, abordamos la necesidad de respetar a los niños, desde la visión del
Islam. La Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó en 1954 que los países instituyeran el Día Universal del Niño para fomentar la fraternidad entre todos ellos y promover su bienestar. El 20 de noviembre marca la fecha en que la Asamblea aprobó la Declaración de los Derechos del Niño y 30 años más tarde suscribió la Convención sobre los Derechos del Niño. En esta ocasión dedicamos un programa a uno de los más importantes derechos del niño, el derecho a ser respetado, desde la opinión del Islam.

La infancia es el periodo más importante de la vida humana ya que en este el individuo forma su personalidad. Los psicólogos creen que en este periodo los factores más importantes que contribuyen al crecimiento y el desarrollo de la personalidad del niño son el ámbito familiar y su entorno cercano como amigos, familiares. Debido a la sensibilidad de esta etapa de la vida, el Islam ha prestado especial atención a las necesidades espirituales de los infantiles y ha hecho hincapié en satisfacerlas.  

Tal vez se puede decir que ayudar a los niños a tener una personalidad espiritual y física sanas es el mejor paso que los padres y amigos pueden dar para el crecimiento correcto de los niños.  Los psicólogos saben que una de las causas de los problemas mentales, es la falta de respeto de una   persona ante los demás. Los complejos psicológicos es el origen de muchos comportamientos anómalos en las personas. En cambio, respetar a los niños fortalece su sentimiento de autoconfianza y autoestima que son dos características de mucha importancia en las relaciones sociales sanas durante la etapa temprana del ser humano.

 Takrim (honor) significa literalmente el respeto y el aprecio de los hombres, lo cual indica que la persona debe mantener esta bendición a través de actitudes, comportamientos y en sus relaciones basadas en el respeto mutuo. En el sagrado Corán, Dios habla del honor y la dignidad que ha dotado a lo mejor de la creación, es decir, los seres humanos - independientemente del credo que seguirá cuando crezca. Dios en la aleya 70 de la sura El viaje nocturno dice:
 Hemos honrado a los hijos de Adán. Los hemos llevado por tierra y por mar, les hemos proveído de cosas buenas y los hemos preferido marcadamente a muchas otras criaturas.

Como se desprende de esta aleya, la dignidad y el respeto son valores innatos del ser humano y no se limita a cualquier persona, grupo, etnia, género, raza, color de piel, idioma que se habla o religión. La edad tiene tampoco tiene nada que ver con el honor y la dignidad que Dios ha concedido solo a los hijos de Adán. En otras palabras, un niño o un adulto, ambos gozan de la misma dignidad y el honor como seres humanos y, por lo tanto, deben ser tratados con respeto. Mostrar respeto al niño le ayuda a desarrollar confianza en sí mismo y, a su vez, juega un papel crucial en moldear su personalidad.  Sobre todo en los niños que ven todo a través de los ojos de los demás, y la base de su conocimiento y comportamiento se forma por imitación.  Si los padres y los profesores muestran falta de respeto hacia el niño y lo humillan, él o ella durante el período en que está formándose,  desarrollará una personalidad negativa, por otro lado, si se muestra respeto al niño, este va a desarrollar una personalidad positiva e independiente, se respetará a sí mismo, y por consiguiente, su comportamiento será sano y positivo.

 Los Mensajeros de Dios, sobre todo el último y más grande de ellos, el Profeta Muhammad (las bendiciones de Dios sean con él y su descendencia) mostraron un elevado respeto a los niños. Este comportamiento amable hacia los niños era también una característica de Ahlul-Beit que nos enseñó cómo tratar a los niños con honor y respeto con el fin de moldear miembros dignos de la sociedad.  Por ejemplo, los miembros de la familia del Profeta solían levantarse de su asiento para dar la bienvenida y saludar a los niños que los visitaban. El Profeta y los Ahl al-Bayt visitaba a los niños enfermos y les daba regalos. En un relato se lee: que una vez mientras el profeta del Islam estaba sentado, sus nietos Hasan y Husein entraron. El profeta cuando los vio se levantó de su asiento, les dio luna cálida bienvenida y puso a ambos niños en sus hombros. Asimismo, el profeta ante su hija, la Hazrat Fátima (saludos sea para ella), se levantaba y le daba su lugar. En otra hadis, se menciona que cuando el profeta regresaba de viaje, montaba en su caballo a los niños que iban a darle la bienvenida y ordenaba a sus compañeros a hacer lo mismo. Así vemos que el profeta respetaba a los niños, incluso mantenía este comportamiento con los bebés. Se ha narrado que el hazrat Mohamad (p) un día tenía a un bebé entre sus brazos, cuando el infante humedeció su camisa. Uno de los presentes trató al bebé con dureza y lo hizo llorar. El profeta, indignado, dijo: mi ropa se puede purificar con agua, pero ¿quién puede calmar el dolor de este bebé? Así, se ve claramente que el Profeta en la práctica mostró la forma correcta de tratar a los niños y mostrarles respeto a través de la bondad y la compasión.   
Una necesidad primaria que dignifica a los niños es la amabilidad. El Imam Sadiq (la paz sea con él), al respecto, dijo: “Es natural que todo el que hace el bien a un compañero recibirá amor y dará amor, mientras que los que no respetan a sus compañeros serán odiados. En otras palabras, si los niños no ven la bondad de los padres e instructores, sus enseñanzas no influirán en ellos ya que los niños no tendrán confianza en sus palabras”.

Los padres deben asegurarse de no imponer una carga a sus hijos con demandas innecesarias e ilógicas, porque eso va a destruir su tierna personalidad y hacerles sentir que son incapaces de hacer nada. El profeta del Islam dice: "Dios bendiga al niño cuyos padres le ayudan con la bondad”. Sus compañeros le preguntaron cómo podían ayudar a que sus hijos reciban las bendiciones divinas. El Hazrat respondió: “lo que su hijo haga, acéptenlo y eviten darles tareas duras y difíciles. No les impongan trabajos insoportables, no sean tiranos ni agresivos con ellos y no se comporten mal ante ellos”.

El Islam nos enseña que cuando una persona comete algo malo tenemos que separar tal acto injustificado de su personalidad. Esto significa que incluso si somos reacios al mal hecho, no hay que insultarlo o humillarlo. Por el contrario, debemos corregir su comportamiento de una manera cortés sin incurrir en una falta de respeto. De la misma manera, si un hijo comete un error, el padre no tiene autoridad para regañar o golpear al niño, pues esto podría poner en peligro su personalidad en formación y dejar una cicatriz duradera. Algunos padres piensan que regañar y castigar a sus hijos les enseñará a no repetir sus errores.  No, esto es una noción equivocada. La forma correcta es enseñarles y que se den cuenta de lo que está bien y lo que está mal. El profeta y su Ahl al-Bayt vieron a los niños como personas con personalidad propia, que crecerían hasta convertirse en miembros influyentes de la sociedad. Por ejemplo, los Imames infalibles formulaban preguntas a sus hijos en presencia de los demás y recibían las respuestas con atención. Él aconsejaba: “criar a los hijos de esta manera, porque cuando se destacan las capacidades de los niños en una reunión, le concedemos ellos dignidad y confianza en sí mismos”.

Menospreciar a un niño delante de los demás, perjudica su personalidad y conlleva negativas consecuencias. El Imam Hadi (la paz sea con él), al respecto, ha dicho: “quien ha despreciado o humillado a alguien, no se salvará de su mal”. El comportamiento arrogante con los niños y la intimidación les estropea su personalidad y les hace desarrollar un sentido de complejo de inferioridad, que es perjudicial para ellos y la sociedad. El Imam Sadiq (la paz sea con él), al respecto, ha dicho: “nadie es arrogante y no fuerza a otro sino por el desprecio que se ve en sí mismo”. El hombre tiene amor por la naturaleza y cuando es humillado por su incapacidad es obligado tomar lo opuesto, es decir se considera grande y orgulloso. La opresión es una de las características negativas morales que tiene como resultado a un ser orgulloso y con falta de confianza en sí mismo. También, el Hazrat Ali ha dicho: la hipocresía del hombre es el resultado de haber sufrido humillaciones. El hombre que se ve a sí mismo incapaz de cualquier obra buena, tienes que fingir ser bueno, es decir, oculta su interior y para cubrir su debilidad y humillación, y esto se refleja tanto en su comportamiento y acciones como en sus pensamiento y dichos.

Por lo tanto, los padres en cualquier etapa deben respetar la personalidad del niño y cuidar de ella, allanar el camino para el bienestar de sus hijos, y así atraer las bendiciones divinas. El profeta Mohammad (las bendiciones de Dios sean con él y su descendencia) ha dicho: “Mostrar respeto y dignidad a sus hijos y enseñarles las cosas buenas para que Dios tenga misericordia de vosotros y os perdone vuestros propios defectos”.[1]
 
[1] . http://spanish.irib.ir/an%C3%A1lisis/art%C3%ADculos/item/220558-los-ni%C...