¡Oh, Dios! Refúgiame a mí y a mi descendencia del maldito y rechazado demonio, de la maldad de las bestias que tienen veneno ya sean mortales o no, del mal de ojo, de toda la gente, «todos los demonios rebeldes» (Corán; 22: 3), de la malicia de todos los sultanes tercos, de la malicia de aquellos que viven opulentamente y son señores y obedecidos, de la maldad de todos los débiles y poderosos; de la maldad de todos los superiores e inferiores; de la malicia de todos los pequeños y grandes; de la maldad de todos los cercanos y alejados; de la maldad de los genios y hombres que se levantaron combatiendo contra Tu Mensajero y su familia y de la maldad de todos los animales que están bajo Tu dominio.Pues ciertamente «Tú estás sobre el Camino Recto» (Corán; 11: 56) . (Las súplicas de As Sayyad, P90)
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