Imperialismo, Sionismo y Wahabismo؛ tres lados del triángulo del terrorismo

Jue, 04/02/2020 - 15:29
niños indefensos

Alianza Criminal entre Imperialismo, Sionismo y Wahabismo
Las acciones criminales del régimen saudí se concretan bajo el marco de objetivos políticos y militares sustentados desde marzo del año 2015 cuando Riad comienza su agresión militar contra Yemen. Objetivos escenificados en dos líneas de acción principales: destruir al Movimiento Popular Ansarolá y como meta final, a la par de los objetivos estratégicos de sus socios del imperialismo y el sionismo, contender contra la influencia de la República Islámica de Irán en el concierto regional. Esto, catalizado aún más frente al apoyo sostenido que la nación persa ha dado al pueblo sirio en su defensa y que ha significado un cambio en la correlación de fuerzas que tiene hoy, al Eje de la Resistencia, controlando un ancho corredor territorial.
Una franja de enorme importancia estratégica,  que va desde la frontera occidental de Irán hasta el Mar Mediterráneo, generando con ello el terror sionista,  que tiene a estas fuerzas liberadoras en las fronteras de los Altos del Golán y en la frontera de Palestina, ambos territorios ocupados desde la guerra del año 1967. Una presencia que día a día recupera la soberanía siria sobre los territorios donde campeaba el terrorismo y sus organizaciones takfirí, que han sido organizadas, financiadas y armadas precisamente por esta triada criminal conformada por Estados Unidos, Israel y Arabia saudí. Indudablemente que la fortaleza del Eje de la Resistencia en Oriente Medio, implica también un llamado de alerta a la agresión saudí contra Yemen, que a su vez, día a día contiende con éxito contra las fuerzas invasoras, llevando incluso la guerra a territorio saudí.
Sólo la acción de los pueblos de Oriente Medio, como el de Yemen, El Líbano, Siria, Irak, Palestina, acompañadas por sus organizaciones revolucionarias y de resistencia como el Movimiento Ansarolá, Hezbolá, el Ejército Sirio, las Fuerzas Quds, el Movimiento Al Nuyaba, Milicias Palestinas en lucha contra las fuerzas agresoras, los movimientos terroristas y el apoyo occidental y de ideologías como el sionismo y el wahabismo, pueden combatir y derrotar a estas herramientas del imperialismo. A estos regímenes que son la punta de lanza de Washington y sus aliados occidentales. En ese marco, indudablemente, el triunfo de las fuerzas populares en Yemen simboliza pasos firmes en la consolidación del Eje de la Resistencia, que permite ir estrechando el lazo contra los agresores y al mismo tiempo caminar hacia el objetivo de minar el poder wahabita y la política de agresión del sionismo. Ideologías perversas que tienen sus días contados.
La sociedad yemení en estos 3 años y medio de agresión ha levantado la voz firme y la acción soberana en defensa de su territorio, que lucha denodadamente, con valor, esfuerzo y que condena la imposición del bloqueo impuesto a su población. Un bloqueo criminal  que priva de alimentos, medicinas, combustible y apoyo a un pueblo cansado de la conducta de la Monarquía Saudí, que enfrascada en sus luchas internas ve en esta agresión a su vecino un paliativo destinado a descomprimir las luchas en el seno del Clan Sudairi y la imposición de los sectores más belicistas de su monarquía. La vieja táctica de las ideologías totalitarias de descomprimir hacia afuera, de agredir a vecinos y de esa manera tratar de uniformar la sociedad bajo un único liderazgo.
La intervención de Arabia Saudita en los asuntos de Yemen, sus ataques criminales, como el que significó la muerte de 40 niños el pasado 9 de agosto en Sadaa, se inscribe en lo que denominé hace unos meses atrás, “la defensa de sus intereses regionales, la propagación del Wahabismo y la intensificación de la represión contra todo movimiento que se proponga generar aires de libertad. Así sucedió en Bahréin, donde la Casa al Saud intervino con puño de hierro sin que occidente levantara su voz de condena, temerosa que la influencia de la lucha en este pequeño país, se expanda a otras latitudes como ha comenzado a suceder”
Yemen, sin duda, constituye un país, una zona de enorme importancia geoestratégica, no sólo por encontrarse frente al Cuerno de África, tener el Estrecho de Bab al Mandeb y cruce de pasos marítimos de la riqueza energética de la zona. Yemen ha sido definida por las mentes imperiales como una especie de “patio trasero” de Arabia Saudí, que se niega a perder influencia a manos de la creciente potencia de la República islámica de Irán y el lógico apoyo que se otorga al Movimiento Popular Ansarolá.
Los miles de muertos del pueblo yemení, 15 mil según cifras estimadas modestamente, más los decenas de miles de heridos, la destrucción de parte importante de su infraestructura vial, portuaria, sanitaria, entre otras han obligado a este pueblo árabe a desarrollar sus capacidades de defensa y resistencia, destinados disuadir al enemigo saudí. Bajo ese objetivo, que debe contar con el apoyo del Eje de la Resistencia y de todos aquellos que se oponen a la triada criminal conformada por el imperialismo, el sionismo y el wahabismo, se entiende la lógica y estrategia militar de la fuerzas de la resistencia yemení, que encabeza el Movimiento Ansarolá, de llevar la guerra a territorio saudí y hacerles probar de su propia medicina, de tal forma de obligar a la Monarquía saudí a cesar sus crímenes contra el pueblo de Yemen. El recuerdo de miles de hombres y mujeres – entre ellos miles de niños asesinados, miles de heridos, mutilados obligan a vencer a un régimen perverso y delirante como es la monarquía Wahabita.
Hispantv
 

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