Hoy en día, la inmoralidad y la corrupción se han extendido en el mundo más que nunca, gracias a la expansión de los canales por satélite; por los cuales se propagan los programas no aptos desde el Oriente hasta el Occidente, y se infiltran en el interior de las casas. De hecho, este problema ha empeorado a través del uso incorrecto del Internet y de los teléfonos móviles. Según las estadísticas, de entre miles de canales por satélite que están a la disposición de nuestras familias, solo unos pocos canales presentan programas educativos, noticiosos y científicos; mientras que el resto se ha dedicado a programas y películas inadecuadas; los cuales difunden la inmoralidad, el robo, la corrupción, la infidelidad, la traición e incluso la homosexualidad abiertamente.
Estos canales y sitios web expanden la inmoralidad en todo el mundo con el fin de ganar más dinero. Aún peor, cuando declaramos que el uso de estos medios para tales propósitos es prohibido, algunas personas se oponen a nosotros considerando este fatwa en contra del principio de la libertad. ¿Acaso va conforme al principio de libertad dejar que los extranjeros corrompan y extravíen a nuestros jóvenes y familiares? ¿Acaso las personas de sano juicio aceptan las consecuencias de esta libertad ilimitada?
Nosotros aconsejamos a los padres que no allanen la vía de la miseria de sus hijos por sus propias manos. Nuestros hijos son dones y confianzas de Dios, y nosotros tenemos que realizar nuestro mejor esfuerzo para protegerlos contra estos peligros.
Los niños y jóvenes que tienen tv y satélite en casa sin control paternal pueden acceder fácilmente a material y escenas inadecuadas, lo que tiene innegables efectos negativos en su vida. De hecho, aquellos que ponen estos medios a la disposición de los jóvenes y facilitan su acceso a programas inadecuados, han cometido un gran pecado. Vale la pena destacar que el uso de unos pocos canales educativos no debe ser una excusa para que pongamos estos medios a la disposición de nuestros hijos, sin ninguna supervisión. Estos canales y programas son parte de la gran invasión cultural del occidente, destinada a destruir la moralidad, debilitar la fe de la gente y expandir la dominación cultural, económica y política de las potencias occidentales sobre todo el mundo; especialmente sobre los musulmanes. Una dominación que destruirá la fe y la prosperidad de la gente en ambos mundos.
La estrategia del enemigo es infiltrarse en nuestras comunidades y familias, vaciar las bases de nuestra fe desde el interior y dominar sobre nosotros después de habernos debilitado. Por lo tanto, se exige a los dirigentes de la Comunidad Islámica, los Clérigos Islámicos, los Psicólogos y los Sociólogos colaborar juntos entre sí para neutralizar estos planes y repeler las amenazas culturales. De hecho, hay que tener en cuenta que los temas culturales, tales como el uso de los medios de comunicación no son menos importantes que los temas políticos y económicos en la sociedad.
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