Hay varias enseñanzas islámicas que hacen hincapié en este hecho (Dios es el verdadero dueño) ; una de las piezas de evidencia a este respecto es la siguiente aleya del Corán:
“A Dios pertenece lo que hay en los cielos y lo que hay en la Tierra”
Este versículo indica claramente que Dios es el verdadero dueño de todos los seres y las cosas en todo el universo. Basado en esta creencia, el concepto de la posesión para el ser humano, es un concepto hipotético, en otras palabras, si decimos que algo pertenece a alguien (fuera de Dios), no significa que él es el dueño verdadero.
Además, hay varios argumentos racionales que indican que Dios es el único ser que necesariamente existe por Sí mismo y que todos los demás seres existentes son dependientes de Él en su existencia.
Tomando en consideración el hecho de que Dios es sabio, nos damos cuenta claramente de que todo lo que crea tiene alguna razón y que nunca hace nada sin sabiduría. [33] Esto implica que el hombre, que es parte del mundo creado, ha sido creado con un propósito específico, al igual que el mundo entero y todo lo que hay en él. El hombre comienza su viaje desde el nivel más bajo de existencia y continúa hacia los niveles espirituales más elevados, en un camino que lo lleva a alcanzar la cercanía a Dios.
Al respecto, la creencia religiosa implica lo siguiente:
El universo entero se ha originado de una fuente de conocimiento infinito; es como un gran volumen de libro que se ha escrito sobre la base de un conocimiento ilimitado. Por lo tanto, cada página, oración e incluso cada palabra de este libro contiene realidades inimaginablemente grandes que deben ser descubiertas, estudiadas y aprendidas.
Si uno cree que este mundo no tiene un Creador conocedor y que ha evolucionado como resultado de mecanismos no inteligentes, es decir, a través de la casualidad y factores naturales, sería vano y sin sentido esforzarse para descubrir los secretos del mundo.
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