En su carácter reflejó los mejores atributos de quienes la criaron. En sobriedad y serenidad, se la comparó con Umm ul-Mu'minin Khadija, su abuela [P]; en castidad y modestia a su madre Fátima Zahra [P]; en elocuencia a su padre Ali [P]; en tolerancia y paciencia a su hermano Imam Hasan [P]; y con valentía y tranquilidad de corazón al Imam Husayn [P]. Su rostro reflejaba el asombro de su padre y la reverencia de su abuelo. Cuando llegó el momento del matrimonio, se casó en una ceremonia sencilla con su primo hermano, Abdullah ibn Ja'far Tayyar. Abdullah había sido criado bajo el cuidado directo del Profeta [P]. Después de su muerte, el Imam Ali [P] se convirtió en su partidario y guardián hasta que cumplió la mayoría de edad. Creció y se convirtió en un joven apuesto con modales agradables y era conocido por su sincera hospitalidad con los invitados y su generosidad desinteresada con los pobres y necesitados.
Juntos, esta joven pareja tuvo cinco hijos, de los cuales cuatro eran varones, Ali, Aun, Muhammad y Abbas, y una hija, Umm Kulthum.
En Medina, era práctica de Zaynab celebrar reuniones periódicas para mujeres en las que compartía sus conocimientos y les enseñaba los preceptos del Din del Islam tal como se establece en el Sagrado Corán. Sus reuniones estaban bien y asistían regularmente. Fue capaz de impartir las enseñanzas con tal claridad y elocuencia que se hizo conocida como Fasihah (hábilmente fluida) y Balighah (intensamente elocuente).
En el año treinta y siete de la Hégira (después de la Hégira), el Imam Ali [a.s.] se mudó a Kufa para finalmente tomar su posición legítima como califa. Lo acompañaban su hija Zaynab [a.s.] y su esposo.
Su reputación como maestra inspiradora entre las mujeres la había precedido. Allí también las mujeres acudían en masa a sus sesiones diarias donde todas se beneficiaban de su erudición, sabiduría y erudición en la exégesis del Corán.
La profundidad y certeza de su conocimiento le valió el nombre que le dio su sobrino, el Imam Ali Zayn ul-Abidin [a.s.], de 'Alimah Ghayr Mu'allamah, la que tiene conocimiento sin ser enseñada.
Zaynab [a.s.] también fue apodada Zahidah (absterna) y 'Abidah (devota) debido a su abstinencia y piedad. Encontró poco interés en los adornos mundanos, prefiriendo siempre la dicha y la comodidad del Próximo Mundo a las de este mundo. Decía que para ella la vida de este mundo era como un lugar de descanso para aliviar el cansancio del camino. Humilde y de alta moral, su principal preocupación era esforzarse por complacer a Allah y, al hacerlo, evitaba cualquier cosa que fuera en lo más mínimo dudosa.
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