Islam y las inclinaciones humanas
El Islam ordena que debemos satisfacer nuestros instintos e inclinaciones naturales. En muchas tradiciones se menciona que los seres humanos no tienen derecho a suprimir sus instintos y emociones naturales bajo falsas nociones de moralidad.
El Corán dice que así como una persona debe preocuparse por su más allá, también debe preocuparse por su vida mundana. También debería preocuparse por sus inclinaciones y emociones naturales.
وَ ابْتَغِ فِيمَا ءَاتَئكَ اللَّهُ الدَّارَ الاَْخِرَةَ وَ لَا تَنسَ نَصِيبَكَ مِنَ الدُّن ْيَا وَ أَحْسِن كَمَا أَحْسَنَ اللَّهُ إِلَيْكَ وَ لَا تَبْغِ الْفَسَادَ فىِ الْأَر ْضِ إِنَّ اللَّهَ لَا يحُِبُّ الْمُفْسِدِين
Y busca la morada del más allá en lo que Alá te ha dado y no descuides tu parte del mundo, y sé bondadoso como Alá ha sido bondadoso contigo, y no busques la corrupción en la tierra. ¡Mira! Alá no ama a los corruptores. (Sura al Qasas 28:77)
Esto significa que debes utilizar cualquier riqueza y estatus que Allah te haya otorgado para prepararte para tu más allá. Pero recuerda que no debes ignorar tus necesidades mundanas en el proceso. Debes lograr un equilibrio entre ambos y no inclinarte demasiado hacia un lado. No es deseable quedar totalmente absorto únicamente en asuntos mundanos. De manera similar, tampoco se requiere que una persona dedique su riqueza, salud, juventud y sabiduría sólo para el más allá.
Durante la época del Profeta (s) y sus vicegerentes, algunas personas habían adoptado un camino equivocado. Pensaron erróneamente que una persona tiene que pensar sólo en el más allá todo el tiempo y que debe evitar el mundo. Creían que debían abstenerse de los instintos naturales y legítimos. Pero cuando el Profeta (s) y los Imames (a.s.) se enteraron de este punto de vista erróneo, se opusieron firmemente.
Una persona se acercó al Imam Jafar al-Sadiq (a.s.) y le dijo: “¡Oh Hadhrat! Me he hecho muy viejo y no tengo trabajo. ¡Me siento en un rincón de la mezquita y sigo recordando el más allá! ¡Sigo orando!” La persona había asumido que el Imam (P) apreciaría y elogiaría sus acciones. Por el contrario, el Imam (a.s.) dijo tres veces: “Hadha min amal ash Shaitan”: ¡Esto no es un acto de un ser humano! ¡Esta no es la manera de ser musulmán! Este es el camino de Satanás. ¡Satanás ha tenido éxito en su estratagema, por eso has abandonado el mundo y te has ocupado sólo de la oración! El hombre preguntó: “¡Oh hijo del Profeta (s)! ¿Entonces, qué debería hacer?"
El Imam (a.s.) respondió: “¡Mientras tengas fuerza en tu cuerpo y en tus extremidades, continúa haciendo un trabajo que pueda beneficiarte a ti y a tu familia! Si no tienes suficiente trabajo, ayuda a tus vecinos y familiares”. Entonces el Imam añadió: “¡Sí! ¡Pero debes asegurarte de no sacrificar tu más allá por ganancias mundanas! Tan pronto como llegue el momento de la oración obligatoria, ¡deja todo lo demás y ofrece la oración! ¡Ora cuando sea hora de orar y trabaja cuando sea hora de trabajar!
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