Los biógrafos de Hadhrat Amir al Mu'minin han registrado que él era un león de día y un suplicante (Abid) de noche. En el momento de la oración su dedicación era total y en el trabajo se afanaba tanto que se le atribuyen innumerables oasis en beneficio de la sociedad durante los veinticinco años de su vida laboral. Siempre ayudó a los pobres, débiles y discapacitados. Debemos recordar que en el Islam no está permitido evitar la compañía de otros y reprimir los deseos legítimos. El Islam permite a sus seguidores tener deseos legítimos y esforzarse por satisfacerlos.
La experiencia lo demuestra, e incluso los psicólogos te dirán, que las personas que viven aisladas, las personas que evitan el mundo, los jóvenes que pueden casarse pero no lo hacen, con el tiempo sus deseos descienden al subconsciente y estas personas son víctimas de enfermedades psicológicas. . Una vez que una persona está bajo esta presión psicológica, se vuelve peor que un perro si obtuviera algún poder o autoridad. Si no tiene ningún poder o autoridad, se desanima y presenta una apariencia muy taciturna y sombría. Estas personas no pueden interactuar socialmente con los demás. La sociedad los rechaza. Puede que no estén económicamente deprimidos, pero psicológicamente son incapaces de asumir las responsabilidades de una familia. Estos hombres se convierten en una fuente de problemas para ellos y sus esposas, y estas mujeres siguen deprimidas y hay que tener en cuenta que las personas deprimidas no pueden criar a sus hijos de forma eficaz.
Los que tienen cerebro pero no piensan son peores que las bestias. Son peores que los perros y los animales impuros (najis). Algunas personas reprimen su instinto sexual, mientras que otras reprimen su inclinación religiosa natural. Ambos tipos de personas invitan al dolor y la decepción. El Sagrado Corán dice acerca de tal persona que posee ojos pero no puede ver, tiene oídos pero no puede oír, tiene corazón pero no puede entender. Una persona así es como un animal salvaje o incluso peor que eso. Se allana el camino al infierno.
وَ لَقَدْ ذَرَأْنَا لِجَهَنَّمَ كَثِيرًا مِّنَ الجِْنِّ وَ الْانسِ لهَُمْ قُلُوبٌ لَّا يَفْقَهُونَ بهَِا وَ لهَُمْ أَعْينٌُ لَّا يُبْصِرُونَ بهَِا وَ لهَُمْ ءَاذَا نٌ لَّا يَسْمَعُونَ بهَِا أُوْلَئكَ كاَلْأَنْعَمِ بَلْ هُمْ أَضَلُّ أوْلَئكَ ه ُمُ الْغَفِلُون
Ya hemos conducido al infierno a muchos de los genios y de la humanidad, que tienen corazones que no entienden, ojos que no ven y oídos que no oyen. Estos son como el ganado; no, ¡pero son peores! Estos son los negligentes. (Sura al-'Araf 7:179).
Esto significa que un grupo se prepara para el infierno. Su más allá es el infierno. Éstas son las personas cuyo instinto religioso ha sido sofocado. Su instinto natural de buscar a Dios se ha extinguido. Frenar el instinto religioso, por supuesto, es pecado. Reprimir el instinto sexual, privarse de alimentos, aislarse de la sociedad, etc., son cosas que pueden alcanzar el nivel subconsciente. Cuando esto sucede, se convierte en una barrera hacia la perfección. Entonces es muy difícil volver a encaminar a esa persona.
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