Dios, ¡no estoy de humor para orar ahora!
Permítase disgustarse con la oración y entrenarse.
La oración comienza a hacer que una persona crezca cuando no la disfruta. La oración elimina la inmundicia del alma de una persona cuando el filo de la oración limpia su alma.
Por ejemplo, estás ocupado jugando, trabajando o descansando y de repente oyes el sonido del Llamado a la oración. Tienes que levantarte y rezar. Naturalmente, te disgusta. Pero está bien. Levántate y ora de inmediato, para que puedas convertirte en un verdadero ser humano. Deja que la oración te empuje. Tolera su amargura, para que puedas convertirte en un verdadero ser humano.
Algunas personas se vuelven amistosas con Dios muy rápidamente, como si fueran sus primos, y dicen: "Dios, ¡no tengo ganas de orar ahora!" ¿Pensaste que es como un juego de fútbol para ti? ¿Hacia ella siempre que estés de humor? ¿Alguna vez has pensado por qué Dios ha arruinado tu lindo y dulce sueño y te ha ordenado que te despiertes a la hora de la oración de la mañana y ores? Es porque Él quiere que te disguste y te haga crecer. Debes permitirte disgustarte con la oración y entrenarte.
[Continuará…]
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