La creencia en una "raza superior" entre los seres humanos está estrechamente relacionada con la idea de que hay un "pueblo elegido" cuyos pecadores no enfrentarán el castigo, excepto por un corto tiempo después del cual el Paraíso eterno de Dios será suyo por toda la eternidad. Estos cuentos de hadas son solo una indicación de la arrogancia de algunos pueblos a lo largo de la historia.
La búsqueda de superioridad y privilegios exclusivos por parte de aquellos que afirman ser la raza superior no es de ninguna manera justificable o lógica. Desde la perspectiva islámica, no hay diferencia entre las razas de los seres humanos con respecto a la recompensa y el castigo que recibirán en el futuro por sus buenas y malas acciones. Es decir, la etnicidad de la gente no desempeña ningún papel en la determinación de su recompensa y castigo en el otro mundo; El único factor importante en este sentido son las propias acciones de las personas.
Mientras tanto, según las teorías occidentales y el humanismo, el interés del ser humano es el eje de todas las cosas y, por lo tanto, el criterio de todos los valores es el interés personal. El humanismo ha tenido efectos tan adversos en todo el mundo humano que ahora la avaricia, la búsqueda extrema del placer, la lucha por la supremacía, la lucha por los intereses egoístas y el consumo excesivo se han convertido en normas y valores, mientras que, por otra parte, la piedad, las virtudes humanas y la moral son descartados como conceptos sin sentido y obsoletos.
El racismo de hoy, de hecho es como un árbol cuyas raíces son la búsqueda de placer, cuyo tronco es la búsqueda de intereses egoístas, y está regado con alardes raciales y el consumismo. Naturalmente, tal árbol no dará frutos, excepto la discriminación racial y de clase, y todo tipo de problemas sociales. Además, no se puede esperar que tal árbol de frutos de justicia, moral y espiritualidad.
En tal sociedad, la esclavitud y el racismo toman una nueva forma; Con respecto a este tema, Henry Miller escribe: “Cuando Lincoln firmó la Proclamación de Emancipación, pensábamos que habíamos terminado con la esclavitud, pero lo que realmente sucedió fue que creamos esclavos blancos además de los negros: todos eran esclavos de la era de las máquinas.”
De hecho, el egocentrismo y los prejuicios raciales hacen que algunos acepten sus gustos y rechacen los derechos de los demás. De acuerdo con la ideología humanista, el hombre se acredita en función de su sangre, nacionalidad, etnia, riqueza, estado social y riqueza. En contraste con el humanismo, la religión lucha contra todo tipo de clasificación de los seres humanos según el color de su piel, el origen étnico y la clase social. La religión considera a todos los seres humanos los siervos de Dios y todas las regiones son la tierra de Dios; por lo tanto, considera a todos los seres humanos iguales en las bendiciones que reciben de su Creador.
Basado en esto, todos los mitos que son creados por los seguidores de ciertas religiones, que indican que ciertas razas o seguidores de ciertas religiones son el "pueblo elegido" son totalmente infundados. La conexión de las personas con Dios, a través de Sus profetas, solo es posible a través de una fe verdadera en Él y siguiendo las religiones de los Mensajeros de Dios.
Desde una perspectiva religiosa, el único criterio para la superioridad de una persona sobre otra es el nivel de su fe en Dios y la cantidad de sus buenas acciones basadas en esa fe. Obviamente, en base a esta perspectiva, ni la edad, ni la etnicidad, ni el género, ni la clase social se consideran un criterio para la superioridad de una nación.
Por lo tanto, el único factor que puede hacer que una persona sea superior a otra es, algo que se origina de su espíritu y su mente, es decir, la piedad, la complacencia de Dios, la pureza, la rectitud y otras virtudes humanas.
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