¿Cómo hacer la ablución en el Islam? [3]

Frotar la cabeza y los pies
Después de lavar la mano izquierda frotamos la parte frontal de la cabeza con la humedad que queda en las manos.
Para frotar la cabeza no hace falta hacer llegar el agua a la piel, sino que es suficiente frotar sobre el cabello.
Pero si el cabello es tan largo que si se peina cae sobre el rostro y a los costados de la cabeza debemos frotar el nacimiento de los cabellos.
Asimismo, si debido a la crasitud del cabello u otro impedimento el agua no llega, debe ser frotada la piel de la cabeza.
Las personas calvas deben considerar el lugar que frotan las personas que tienen cabello.
Es suficiente con frotar el cabello en cualquier medida pero lo preferible es que su ancho sea de tres dedos cerrados y su largo de un dedo.
Hay que tener cuidado que la humedad del frotamiento del cabello no se una a la humedad del rostro.
La siguiente etapa es frotar el pie derecho y luego el pie izquierdo. Este frotamiento comienza desde la punta de un dedo hasta el empeine con la mano humedecida.
De acuerdo a la fatwa de algunos marÿas se debe frotar hasta el principio del tobillo.
Como ancho para frotar el pie es suficiente cualquier medida, pero es preferible deslizar toda la palma de la mano sobre el pie.
Se puede comenzar a frotar desde cualquiera de los dedos del pie.
Y sólo es necesario que se comience desde la punta de los dedos.
Asimismo, es necesario deslizar la mano sobre la misma piel del pie, y no debe haber entre ellos ningún obstáculo, ni siquiera medias delgadas.
En el udû yabîrah se puede frotar sobre la tela.
No debe haber ningún obstáculo entre la mano y el lugar que debe ser frotado, excepto en el caso del udû yabîrah.
No es necesario que la persona que tiene una pierna ortopédica frote el pie.
Pero si tiene aún parte del lugar que debe frotarse del pie normal, es necesario frotar esa parte.
Cuando frotamos la cabeza o el pie ese miembro debe estar quieto y no será correcto si se lo frota mientras está en movimiento.
El lugar que se frota debe estar seco y si esta húmedo hay que secarlo antes de frotar a fin de que la humedad con la que se frota sea mayor.
Pero no es necesario que los miembros que deben ser lavados, como el rostro y las manos, estén completamente secos antes del udû.
Para frotar no se debe utilizar otra agua que no sea la utilizada en el udû (la humedad remanente después del lavado).
En caso de que la mano con la que se debe frotar se haya secado no podemos humedecerla con otra agua que no sea la del udû, sino que debemos lograr humedecerla por medio de deslizar la mano sobre los otros miembros del udû.
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Referencia: Leyes Prácticas del Islam, Ayatollah Jomeini