Este hecho es evidente para el hombre sin la menor especulación y no hay duda en ello, sino que a veces el hombre se enreda tanto en los conflictos de la vida que utiliza todo el poder de su sabiduría para las luchas vitales. Pasa todo su tiempo sondeando la vida, por lo tanto, no tiene tiempo para gastar en este tipo de pensamientos.
Como resultado, se vuelve indiferente a este hecho o queda encantado con las encantadoras apariencias externas de la naturaleza y se entrega a la voluptuosidad y al placer. Dado que la adhesión a estos hechos excluye el desenfreno materialista, tal hombre, naturalmente, se niega a aceptar este hecho y es intolerante con él.
El Sagrado Corán ha prestado mayor atención, de diferentes maneras, y ha presentado evidencias de la creación de las criaturas y el sistema prevaleciente y dominante entre ellas. Esto se debe a que la mayoría de las personas, especialmente aquellas que están enamoradas de las apariencias encantadoras de la naturaleza y que encuentran prosperidad en la voluptuosidad y los placeres mundanos, son incapaces de pensar filosóficamente e investigar teorías lógicas sutiles debido a su afición por las cosas materiales y perceptibles.
En todo caso, el hombre es parte del mundo de la creación y no está exento de falta de sus otros componentes y de los sistemas generales y particulares que lo gobiernan. Puede considerar el mundo de la creación y el sistema que prevalece en él en cualquier momento para descubrir la existencia del Creador y Señor del mundo.
También en la creación de ustedes y en la diseminación de los animales [en la faz de la Tierra] hay signos para quienes tienen certeza.
En la sucesión de la noche y el día, en las lluvias que Dios envía del cielo como sustento, con las cuales revive la tierra árida, y en los cambios de los vientos hay, sin duda, signos para gente que reflexiona.
Éstos son versículos de Dios que te recito con la Verdad. ¿En qué otro Mensaje creerán si no creen en Dios y en Sus signos?1
Dios Todopoderoso afirma:
Explicación: En el Sagrado Corán, muchos versículos invitan a la gente a pensar en la creación de los cielos, el sol, la luna, las estrellas, la tierra, las montañas, los mares, las plantas, los animales y los seres humanos. El Corán también menciona el asombroso sistema que gobierna cada uno de estos tipos. Verdaderamente, el mecanismo de la creación y el sistema que dirige las diferentes actividades del mundo hacia las metas de la creación y las causas de la existencia son muy asombrosos y maravillosos.
La semilla de trigo o la semilla de almendra, plantadas en la tierra, se convierten respectivamente en un arbusto arracimado o en un árbol frutal. Desde el momento en que se plantan profundamente en el corazón de la tierra, se rompen, producen puntas verdes y clavan sus raíces blancas en el corazón de la tierra. Para alcanzar su meta final, comienzan a operar vastos y enormes sistemas, cuya magnitud e inmensidad asombran al intelecto.
Las estrellas en los cielos, el sol brillante, la luna luminosa y la tierra, todos con su rotación, movimiento y poder potencial junto con los poderes misteriosos en la semilla o núcleo, las cuatro estaciones del año, las condiciones atmosféricas, el las nubes, las lluvias, los vientos y los días y las noches contribuyen al crecimiento de una semilla que se convierte en un arbusto de trigo. Como enfermeros, estos factores fomentan este nuevo fenómeno y lo hacen girar de una mano a otra hasta llegar a la última etapa de su crecimiento y desarrollo.
Refrancias:
1. El Corán (45:3-5)
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