Si el hombre responde positivamente a las preguntas sobre el Creador del mundo y el Fundador de su sistema que se le manifiestan en base a su naturaleza buscadora de la verdad, demostrará un origen eterno para la creación del mundo y la continuidad de su maravilloso sistema. Él también conectará todo con Su invencible determinación que depende del infinito poder y conocimiento de Dios. En consecuencia, el hombre encontrará en él una especie de calidez y esperanza.
En el curso de las dificultades y obstáculos de su vida y de los problemas que le impiden buscar un remedio, nunca se sentiría completamente defraudado. Esto se debe a que sabe que todos los medios y causas, sin importar cuán poderosos sean, están controlados por Dios Todopoderoso y todo está bajo el mando de Dios. Tal persona nunca se somete a medios y causas. Incluso cuando ve todo a su favor, no se vuelve orgulloso y egoísta, como para olvidar su posición y la del mundo.
Esto se debe al hecho de que es consciente de que los medios y las causas superficiales no operan por sí mismos y proceden de acuerdo con la orden de Dios Todopoderoso. Finalmente, tal persona concibe que en el mundo de la existencia, no debe rendir homenaje a nadie más que a
Dios; no debe aceptar completamente ninguna orden excepto las órdenes de Dios. El que responde negativamente a las preguntas antes mencionadas, sin embargo, está desprovisto de esta esperanza, realismo, magnanimidad e intrepidez congénita. Así vemos que el papel del suicidio aumenta día a día entre las naciones dominadas por el materialismo. Aquellos cuyo único apego es a medios y causas tangibles, se desilusionan por el menor inconveniente y se suicidan. Por otro lado, las personas dotadas con la bendición del teísmo nunca pierden su fe ni siquiera al borde de la muerte. Tienen confianza y esperanza en el poder y las bendiciones de Dios.
En verdad, quienes dicen: «Nuestro Señor es Dios.» y luego se mantienen firmes, no tendrán que temer y no estarán tristes.1
Aquellos que creen y tienen sus corazones tranquilos.» ¿Acaso no es con el recuerdo de Dios como se tranquilizan los corazones?2
Refrencias:
1. El Corán 46:13
2. El Corán 13:28
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