Con motivo del aniversario del martirio del décimo Imam de los musulmanes, el Imam Ali al Naqi al-Hadi, la paz sea con él, quiero escribir un artículo sobre su valiosa personalidad para ustedes, los habitantes del mundo, para que puedan conocer mejor a ese honorable y gran caballero.
Estamos ante un Imam de Ahlul Bayt (la paz sea con ellos) que llenó el mundo con sus virtudes y ciencias, dedicó su vida a Allah y fue leal a la verdad en el pleno sentido de la lealtad.
Él es el décimo Imam; ‘Ali al-Hadi (P) cuyo nombre es el mismo que el de su abuelo: Amir ul-Mu’mineen (P), el pionero de la sabiduría y la justicia social en la tierra. El Imam al-Hadi (P) era similar a su abuelo en el ascetismo y en la renuncia a los placeres materiales.
Nunca se dijo de él que hubiera seguido alguna fantasía o sometido a algún deseo alejado de la verdad. Había preferido la obediencia a Allah a todo lo demás. Le tenía tanto cariño a su Señor que pasaba las noches adorando, suplicando e invocando a Allah Todopoderoso.
Su fe en Alá impregnó su esencia más íntima hasta convertirse en una de sus cualidades y constituyentes más destacados. De él se relataron muchas exaltadas súplicas, sabias invocaciones y maravillosas máximas del monoteísmo, demostrando que fue uno de los primeros líderes que alzaron la antorcha de la guía y la fe en la Tierra.
Allah había dotado a los Imames de Ahlul Bayt (P) con conocimiento, sabiduría y virtudes en una medida que nunca dotó a nadie más de Su creación. Los grandes conocimientos y ciencias que de ellos se transmitieron son motivo de orgullo. Los jóvenes y mayores de los Imames infalibles (P) se han distinguido por este fenómeno.
El Imam al-Jawad (P) asumió el liderazgo religioso y la autoridad general de la nación desde sus primeros años. Tenía apenas siete años y algunos meses. Le preguntaron sobre las cuestiones filosóficas, teológicas y jurisprudenciales más complicadas y él las respondió todas como si fuera un experto aunque todavía fuera un niño.
Por supuesto, no hay explicación para esto excepto lo que creen los Doce Shi'as, que Allah ha dotado a los infalibles Imames (P) con extraordinarios poderes de conocimiento y ciencias, tal como había dotado a Sus Archi-Profetas.
Así como el Imam al-Jawad (P) era la maravilla del mundo con sus talentos y habilidades intelectuales, también lo era su hijo el Imam 'Ali al-Hadi (P). El Imam al-Hadi (P) era todavía demasiado joven cuando sufrió la muerte de su padre. Los ulemas (eruditos) y jurisprudientes chiítas, que eran tan cautelosos en la cuestión del Imamato, se remitieron a él e investigaron lo más que pudieron y con la mayor precisión sobre la cuestión del Imamato.
Cuando encontraron pruebas definitivas sobre su Imamato, creyeron en él. No se dejaron llevar por pasiones o fantasías en eso, pero vieron que eran responsables de ello ante Allah ya que el Imamato para ellos es uno de los fundamentos (o “usul”) de la religión.
De todos modos, los ulemas y jurisprudentes chiítas preguntaron al Imam al-Hadi (P), cuando aún era muy joven, sobre las diferentes ramas del conocimiento y él les respondió con respuestas de experto, lo que les hizo creer en su Imamato. . Esto los hizo más fieles y seguros de lo que creían: un Imam debe ser el más sabio de su tiempo, sin importar si es joven o viejo.
El conocimiento, la virtud y la profundización en las ciencias del Corán y la Sunna del Imam al-Hadi (P) asombraron las mentes y provocaron reuniones y encuentros en todas partes del mundo musulmán mientras estaban ocupados discutiendo sus ilimitados tesoros científicos. .
Un gran número de musulmanes creían en el Imamato del Imam al-Hadi (P) y consideraban obligatorio seguirlo y obedecerlo. Se le llevaban grandes sumas de dinero en concepto de derechos legales que debían pagarse al Imam, además de los regalos y donaciones que le ofrecían los musulmanes. Los investigadores y policías informaron detalladamente de esta afluencia a al-Mutawakkil, el califa abasí, que era el enemigo más acérrimo de los alauitas y sus seguidores, los chiítas.
El califa se enojó mucho ante este respeto especial y lo reculó. Ordenó que el Imam al-Hadi (P) fuera reubicado en “Surra Man Ra’a”.
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