Se reveló que la religión tiene un efecto profundo en la reforma del individuo y la sociedad. También es el único medio de obtener dicha y prosperidad.
Una sociedad que no acata la religión pierde su realineamiento e intelectualismo y gasta su preciosa vida en la aberración, el externalismo y la negligencia. Tal sociedad ignora la sabiduría y, como los animales, se vuelve intolerante e insensata. Esta sociedad se involucra en la inmoralidad y el mal comportamiento, perdiendo así todos sus privilegios humanitarios. Tal sociedad no alcanzará su prosperidad eterna y, más bien, experimentará los resultados desfavorables y los efectos desagradables de sus desviaciones y comportamientos. Tarde o temprano, esa sociedad sufrirá las malas consecuencias de su negligencia y se dará cuenta de que el único camino hacia la prosperidad es la religión y la fe en Allah. Finalmente, esta sociedad se arrepentirá de sus acciones.
Dios Todopoderoso afirma:
Ciertamente, habrá triunfado quien la purifique y habrá fracasado quien la corrompa.(1)
Es necesario comprender que la aplicación de las instrucciones religiosas asegura la felicidad y la salvación del individuo y de la sociedad, de lo contrario, la sola nominación no ayuda. Ya que es sólo la realidad misma la que cuenta y no la reivindicación de la realidad.
Quien dice ser musulmán, y con su corazón melancólico, su carácter inferior y su comportamiento torpe espera encontrarse con el ángel de la felicidad, se parece a un paciente que espera recuperarse sin recibir el tratamiento prescrito. Obviamente con tal idea, no logrará su objetivo. Allah Todopoderoso afirma:
En verdad, los creyentes y los judíos, los cristianos y los sabeos, quienes crean en Dios y en el Último Día y actúen rectamente, tendrán su recompensa junto a su Señor. No tendrán que temer y no estarán tristes.(2)
Se puede suponer que, según este versículo, aquellos que tienen fe en Alá y en el Día del Juicio y que realizan buenas obras se salvarán incluso si no creen en todos o en algunos profetas. Pero debe tenerse en cuenta que en Surar al- Nisa en los versículos 150 y 151, Dios considera a aquellos que no creen en todos o algunos de los profetas como kafirin (incrédulos). Al respecto, Él afirma:
En verdad, aquellos que no creen en Dios y en Sus Mensajeros y quieren hacer diferencias entre Dios y Sus Mensajeros y dicen: «Creemos en algunos pero no creemos en otros» queriendo tomar una postura intermedia entre unos y otros, (150) son los verdaderos incrédulos. Y hemos preparado para los incrédulos un castigo humillante.
Como resultado, quien cree en todos los profetas y realiza buenas obras se beneficiará de su fe.
Añadir nuevo comentario