Los últimos días del Profeta del Islam PB (la última enfermedad)

Mar, 02/22/2022 - 03:30
Los últimos días del Profeta del Islam PB (la última enfermedad)

LA ÚLTIMA ENFERMEDAD DEL PROFETA (PB)

Cuando el Profeta (PB) regresó de la Meca a Medina, no se encontraba bien de salud y esto empeoró día tras día. Fue aquejado por una fiebre muy alta, tanto que cuando sus esposas o aquellos que lo visitaban colocaban la mano en su vestido, sentían el calor. A un costado de su cama había una vasija con agua donde el metía su mano y se frotaba la cara para bajar la fiebre. Dijo: “Aún estoy sintiendo el dolor de la comida que comí en Jaybar. Siento que mi espalda ha sido quebrantada por ese veneno”.[1]
Los musulmanes, angustiados y sorprendidos se apresuraron a visitarlo. Su cuarto estaba lleno de sus compañeros. Él les anunció que pronto moriría y les recomendó algo que les aseguraría la felicidad y el éxito Les dijo: “Oh gente, la hora de mi muerte se acerca, les pido disculpas. Yo dejo entre ustedes el Libro de Dios Todopoderoso y mi Descendencia…”
Luego tomó la mano del Imam Ali (P) y dijo: “Este es Ali, él está con el Corán y el Corán está con él. Ellos no se separarán hasta que lleguen a mí en la fuente en el paraíso”.[2]
El Profeta (PB) estaba seguro que iba a morir. Vio que se despediría del cementerio de los musulmanes y pidió a Dios que perdonará a los muertos. En la noche envió por Abu Muwahibah y le dijo: “Se me ha ordenado que pida perdón por los muertos de Al-baqi’[3] y mande por ti, para que vengas conmigo”.
Cuando el Profeta (PB) llegó al cementerio de al-Baqi dijo: “La paz sea sobre ustedes, oh gente de las tumbas, encantados en donde han estado, lo cual es mejor que en lo que están los vivos. La sedición ha llegado como pedazos de la noche unas tras otras, la última es peor que la primera”. El Profeta (PB) vio en que condición estaban algunos de sus compañeros y cómo iban a estar, por esto felicitó a los muertos en sus tumbas, porque ellos no serían testigos de la sedición que vino y que vendrá después. El Profeta (PB) dijo Abu Muwahibah: “Oh Abu Muwahibah me han dado las llaves de los tesoros de este mundo y la eternidad en el paraíso. Y se me ha pedido que escoja entre éste y reunirme con mi Señor en el paraíso”.
Abu Muwahibah dijo atónito: “Que mi padre y mi madre sean sacrificados por ti, toma las llaves de los tesoros de este mundo y de la eternidad en él y en el paraíso”.
El Profeta (PB) respondió: “Oh Abu Muwahibah, ¡no por Dios! Yo he escogido la reunión con mi Señor en el paraíso”.
Luego el Profeta (PB) pidió a Dios el perdón para los muertos de Al-Baqi’ y regresó a su casa.[4]

Fuente:

1 Al-Bidayah wa an-Nihayah, Vol. 5, P. 246

2 As-Sawaíq al-Muhriqah, Vol. 2002, P. 361

3 Los muertos del cementerio de Al-Baqi.

4 Al-Bidayah wa an-Nihayah, Vol. 5, P. 243, Seerah Ibn Hisham, Vol. 3, P. 93, Tareekh at-Tabari, Vol. 3, P. 190

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