“¡Recordadme!, que Yo os recordaré. Y ¡agradecedme!, y no seáis (respecto de Mis Mercedes) desagradecidos”.
Es evidente que la frase: “¡Recordadme!, que Yo os recordaré”, no se refiere a una relación sentimental entre Dios y Sus siervos, al igual que es común entre los seres humanos que se dicen unos a otros: “Recordadnos para que os recordemos”.
Sino que se refiere a un fundamento educativo y de la creación. O sea, “Recordadme”, significa recordad la Esencia Pura que es el origen de todas las bondades y benevolencias, y por este medio mantened pura e iluminada vuestra alma y espíritu, y preparaos para recibir las Mercedes del Creador. La atención que presten a esta Esencia Pura los hace más puros y más decididos, más poderosos y más unidos en las actividades.
Al igual que el propósito de “el agradecimiento y la no ingratitud” no es únicamente un asunto ceremonial y de palabra, sino que su propósito es que cada Merced sea utilizada en su momento necesario y en el sendero por el cuál fue creada, y sean incrementadas Sus Gracias y Favores. (Exégesis del Sagrado Corán Tomo II, aleya 152)
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