Respuesta a una objeción
Es posible que algunos presenten el pretexto de que esforzarse para solucionar una cuestión, sólo es conveniente en caso de que haya esperanzas de resolverla, pero que en su caso carecen de tales esperanzas y que no creen que los asuntos y planteamientos religiosos puedan resolverse.
Y que en consecuencia, prefieren invertir su tiempo y esfuerzo en obras cuyos resultados sean más seguros.
A estas personas debe respondérseles que, en primer lugar, la expectativa de solucionar cuestiones básicas de la religión no es menor que la esperanza de resolución de diversos asuntos científicos. Sabemos que se ha logrado la solución de muchas cuestiones y problemas de las ciencias sólo después de decenas de años de continuos esfuerzos por parte de los hombres de ciencia.
En segundo lugar, el valor de la probabilidad no depende sólo de un factor (la cantidad o porcentaje de la probabilidad), sino que debemos también tener en cuenta la importancia y peso de aquello que es probable. Por ejemplo, si un negocio tiene una probabilidad de ganancia de un cinco por ciento, y otro de un diez por ciento, pero la cantidad del beneficio probable del primero (por su envergadura) es de 1000 riales y en el segundo de 100 riales, obviamente que el primero tendrá cinco veces más preferencia sobre el segundo, a pesar de que los porcentajes esperados son de un 5% contra un 10%.
Como el beneficio probable que brinda la investigación acerca de la religión es infinito, por más que la posibilidad de alcanzar un resultado seguro sea pequeña, igualmente posee un enorme valor y justifica el esfuerzo, aún más que en otros asuntos cuyos resultados son más seguros pero más limitados.
Solamente en un caso se justifica lógicamente abandonar la investigación sobre la religión, y es en el caso de que el hombre tenga certeza de que las cuestiones religiosas son incorrectas y no tienen solución. Pero esta certeza, ¿de dónde proviene?
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