Con motivo del aniversario del nacimiento del bendito quinto Imam de los musulmanes, el Imam Muhammad al-Baqir, la paz sea con él, quiero escribir un artículo sobre su valiosa personalidad para ustedes, los habitantes del mundo, para que puedan conocer mejor a ese honorable y gran caballero.
El Imam Muhammad al-Baqir, la paz sea con él, estuvo entre los grandes hombres de pensamiento y conocimiento del Islam. También estuvo entre los imanes musulmanes más destacados. Eso se debe a que tenía una gran moral. Se liberó del materialismo egoísta.
Por tanto, su comportamiento representa la esencia del pensamiento islámico que vino a guiar a la gente y educar sus modales. Los historiadores han coincidido unánimemente en que el Imam estaba la mayor parte del tiempo ocupado alabando a Allah y que pasaba las noches orándole y susurrándole oraciones.
El Imam renunció por completo a los deseos mundanos. Se inclinó con su corazón y sus sentimientos hacia Allah.
Prefirió su obediencia a todas las cosas. Siguió lo que le hacía estar cerca de Allah. No cedió a ningún deseo. Más bien se deshizo de ellos por completo. Por tanto, no tenían poder sobre él.
La vida del Imam fue similar a la vida de su abuelo, el gran Apóstol, que Allah le bendiga a él y a su familia, en todas las cualidades. Quien lee sobre su vida queda lleno de admiración.
Durante su infancia, el Imam al-Baqir, la paz sea con él, estuvo expuesto a muchas tribulaciones. De hecho, vio las tragedias de Karbala”. Vio a la pura familia del Profeta, que Allah le bendiga a él y a su familia, cuando fueron torturados y asesinados. Vio al ejército omeya asesinando a niños, mujeres y ancianos inocentes.
Vio ese ejército pecaminoso mutilando el cuerpo del gran Imam (al-Husayn). Vio otras tragedias que llenaron de terror el corazón. Estaba entre los miembros de la Cámara (ahl al-Bayt), la paz sea con ellos cuando fueron llevados prisioneros a b. Marjana ('Ubayd Allah ib. Zyya'd). Estos últimos los humillaron y despreciaron mucho. Mostró su malicia y se regocijó por el asesinato de la progenie del Profeta, que Allah le bendiga a él y a su familia.
Luego los envió al gobernante opresivo pecador, Yazid b. Mu'a'wiya. Estos últimos los recibieron con mucho desprecio y maltrato.
El Imam Muhammad al-Baqir, la paz sea con él, comprendió plenamente esos dolorosos acontecimientos. Así, llenaron su corazón de tormentoso dolor. Imprimieron profundamente la agonía y la tristeza en su corazón. Lo acompañaron durante toda su vida. Por eso, su corazón estaba lleno de amargo dolor. Así que murió mientras no disfrutaba de su vida.
Entre los desastres que azotaron al Imam durante su infancia se encuentra la batalla de al-Hirra. En esa batalla, el ejército de Yazid violó la Santidad de Medina, la ciudad del Profeta, que Allah lo bendiga a él y a su familia. El ejército violó a las mujeres, se apoderó de propiedades y mató a personas.
Violó todas las cosas que Allah había prohibido. Nadie estuvo a salvo de los terrores de ese doloroso desastre excepto el Imam Zayn al-‘Abidin, la paz sea con él. Eso fue porque Yazid ordenó a su pecador espadachín Muslim b. 'Aqaba, no matarlo. Estas tristes imágenes dejaron en el Imam continuos sentimientos llenos de pena y tristeza.
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