Discurso 178
Parte 2
¡Oh gente! El mundo engaña al hombre que anhela poseerlo y neciamente confía en él. Rehuye a aquellos que le aman e intentan acercársele. Abruma a quienes desean tener control sobre él. Por Dios, que si todas esas personas que una vez disfrutaron lo mejor de todo, pierden esa riqueza y bendiciones, es debido en absoluto a que han adoptado formas de vida pecaminosas y viciosas, porque Dios no es cruel ni injusto con sus criaturas. Los sufrimientos son, en su mayor parte consecuencias y efectos de pecados y vicios. Si cuando sobrevienen infortunios, cuando desaparecen el bienestar y la riqueza, o cuando las bendiciones ceden su lugar a los sufrimientos y el pesar y si, en tales tiempos, la gente se arrepintiera sinceramente, abandonara su vicioso proceder, y sincera y fervorosamente rogara a Dios por Su protección y Sus Bendiciones, los perdonaría, mejorando su condición y reanudaría Sus Bendiciones. Me temo que podáis caer en las costumbres preislámicas, os habéis desviado ya una vez del camino recto lo que no fue una acción encomiable, empero, si se os trae de nuevo al camino recto, estoy seguro de que tenéis la capacidad para seguirlo. Estoy haciendo lo mejor que puedo para enseñaros las mejores cosas que puedan ser enseñadas, conozco todas vuestras malas intenciones y puedo hacéroslas ver, pero ruego a Dios que perdone vuestros pensamientos y acciones y que os muestre el camino recto.
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