Primeras insurrecciones políticas y arrestos
En 1947, Castro se había apasionado cada vez más por la justicia social y viajó a la República Dominicana para unirse a una expedición que intentaba derrocar al dictador del país, Rafael Trujillo. Aunque el golpe fracasó antes de comenzar, el incidente hizo poco para apagar la pasión de Castro por la reforma, y al año siguiente viajó a Bogotá, Colombia, para participar en los disturbios antigubernamentales allí.
En 1947, Castro también se unió al Partido Ortodoxo, un partido político anticomunista fundado para reformar el gobierno en Cuba.
Su fundador, el candidato presidencial cubano Eduardo Chibás, perdió las elecciones de 1948, pero inspiró a Castro a ser un discípulo ardiente. Prometió exponer la corrupción del gobierno y advertir al pueblo sobre el general Fulgencio Batista, ex presidente, que estaba planeando un regreso al poder. Sin embargo, los esfuerzos de Chibás se vieron truncados después de que sus supuestos aliados se negaron a proporcionar pruebas de las irregularidades del gobierno. En agosto de 1951, Chibás se pegó un tiro durante una transmisión radial.
Mientras tanto, Castro se había casado con Mirta Díaz Balart, que provenía de una familia política adinerada de Cuba. Tuvieron un hijo, llamado Fidelito, en 1949.
El matrimonio expuso a Castro a un estilo de vida más rico y conexiones políticas. Al mismo tiempo, sin embargo, desarrolló un interés en la obra de Karl Marx y decidió postularse para un escaño en el congreso cubano. Pero en marzo de 1952, un golpe liderado por el general Fulgencio Batista derrocó con éxito al gobierno y las próximas elecciones fueron canceladas, dejando a Castro sin una plataforma política legítima y con pocos ingresos para mantener a su familia.
Batista se erigió en dictador, solidificó su poder con el ejército y la élite económica de Cuba y consiguió que Estados Unidos reconociera su gobierno. En respuesta, Castro y sus compañeros del Partido Ortodoxo organizaron un grupo al que llamaron "El Movimiento" y planearon una insurrección. El 26 de julio de 1953, Castro y aproximadamente 150 partidarios atacaron el cuartel militar Moncada en las afueras de Santiago de Cuba en un intento de derrocar a Batista. Sin embargo, el ataque fracasó y Castro fue capturado, juzgado, declarado culpable y sentenciado a 15 años de prisión. Su hermano Raúl también estaba entre los encarcelados.
Guerra de guerrillas contra Batista
Mientras estuvo encarcelado, Castro cambió el nombre de su grupo a "Movimiento 26 de Julio" y continuó coordinando sus actividades a través de correspondencia. Él y sus compatriotas finalmente fueron liberados en 1955 en virtud de un acuerdo de amnistía con el gobierno de Batista, y viajó con Raúl a México, donde continuaron planeando su revolución.
En México, Castro se reunió con otros exiliados cubanos, así como con el rebelde argentino Ernesto "Che" Guevara, quien creía que la difícil situación de los pobres de América Latina sólo podría rectificarse mediante una revolución violenta. Se unió al grupo de Castro y se convirtió en un importante confidente que ayudó a moldear las creencias políticas de Castro.
El 2 de diciembre de 1956, Castro regresó a Cuba a bordo del barco Granma con poco más de 80 insurgentes y un alijo de armas cerca de la ciudad oriental de Manzanillo. En poco tiempo, las fuerzas de Batista mataron o capturaron a la mayoría de los atacantes.
Pero Castro, Raúl, Guevara y un puñado de otros pudieron escapar hacia la Sierra Maestra a lo largo de la costa sureste de la isla. En el transcurso de los dos años siguientes, las fuerzas de Castro, en constante crecimiento, libraron una guerra de guerrillas contra el gobierno de Batista, organizando grupos de resistencia en ciudades y pequeños pueblos de toda Cuba. Castro también pudo organizar un gobierno paralelo, llevar a cabo algunas reformas agrarias y controlar provincias con producción agrícola y manufacturera.
A partir de 1958, Castro y sus fuerzas montaron una serie de campañas militares exitosas para capturar y controlar áreas clave en toda Cuba. Combinado con una pérdida de apoyo popular y deserciones masivas en su ejército, el gobierno de Batista finalmente colapsó bajo los esfuerzos de Castro, y en enero de 1959, el propio Batista huyó a la República Dominicana. A la edad de 32 años, Castro había concluido con éxito su campaña guerrillera para tomar el control de Cuba.
Rápidamente se creó un gobierno provisional, con Manuel Urrutia como presidente y José Miró Cardona como primer ministro. Rápidamente obtuvo el reconocimiento de Estados Unidos y el propio Castro llegó a La Habana entre multitudes que lo vitoreaban y asumió el cargo de comandante en jefe del ejército.
En febrero de 1959, Miró dimitió y Castro prestó juramento como primer ministro de Cuba.
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