Antes de la actual guerra en Gaza, la "Doctrina Dahiya" era considerada la táctica más brutal y salvaje utilizada por el régimen sionista ocupante. El objetivo principal de esta doctrina era infundir miedo en los corazones de cualquiera que considerara la posibilidad de resistirse al régimen. Desarrollada por el general israelí Gadi Eisenkot, la doctrina dicta que en la guerra urbana asimétrica, los militares atacan deliberadamente la infraestructura civil para aumentar el sufrimiento de los civiles, aumentando así la disuasión. El régimen sionista aplicó esta doctrina por primera vez durante la guerra de 33 días contra el Líbano en 2006. Sin embargo, las recientes atrocidades cometidas por los sionistas en Gaza han cambiado fundamentalmente esta perspectiva. La Doctrina Dahiya ya no puede ser vista como el método más severo utilizado por el ejército israelí a plena luz del día. Los acontecimientos del 7 de octubre y sus consecuencias han alterado la situación de forma permanente.
El fracaso del concepto de disuasión en los territorios ocupados llevó a los responsables de la toma de decisiones del régimen sionista a cometer una serie de errores estratégicos y críticos, que los atraparon en un ciclo de decisiones irracionales. En su primer intento por restablecer la disuasión perdida, el régimen adoptó una estrategia encaminada a maximizar las bajas civiles. Apoyado sin reservas por Occidente, especialmente por su principal cómplice, los Estados Unidos, y sin preocuparse por las posibles repercusiones de esta estrategia, aumentó las bajas civiles mediante diversos métodos. El núcleo de esta estrategia es similar a la Doctrina Dahiya: implica aplicar la máxima presión sobre la población civil en la zona de conflicto, en particular mediante un elevado número de bajas civiles, para aumentar la presión social y psicológica sobre las fuerzas militares o paramilitares opuestas hasta que se rindan y abandonen la resistencia armada. Aunque se utilizan otras tácticas junto con este enfoque, el objetivo principal sigue siendo aumentar las bajas civiles.
El último ejemplo de esta estrategia fue el brutal ataque del régimen sionista contra zonas que había calificado previamente como “zonas seguras”. La última imagen de este comportamiento criminal es la de los cuerpos destrozados de niños palestinos, amontonados en el patio de la escuela Al-Tabi'in, en el norte de Gaza. Los sionistas masacraron brutalmente a más de cien palestinos, la mayoría de ellos niños, en un ataque a esta escuela que había sido declarada previamente como “segura”. Este ataque fue el último de una serie de ataques a escuelas que albergaban a personas desplazadas; los sionistas atacaron nueve escuelas que habían sido calificadas previamente como seguras, en menos de diez días. Esta nueva estrategia podría llamarse la “Doctrina de Gaza”. Al igual que la Doctrina Dahiya y otras tácticas utilizadas por el ejército israelí contra los palestinos, esta estrategia es ilegal y constituye un crimen de guerra. Se podrían pasar meses o incluso años discutiendo el concepto y la implementación de “zonas seguras” según el derecho internacional. Se podrían escribir muchos libros sobre la ilegalidad de esta y otras acciones del régimen sionista según las normas internacionales aceptadas. Aunque el derecho internacional podría ser examinado a fondo y utilizado para condenar a Israel, el problema es que sin un consenso global y con el apoyo continuo de países como los EE. UU. y varias naciones europeas y no europeas, el derecho internacional sigue siendo en gran medida ineficaz.
Por lo tanto, podría ser el momento de dejar atrás las discusiones habituales sobre los crímenes de guerra del régimen sionista y abordar el mundo desde diferentes ángulos, enfrentando la amenaza constante de la supervivencia del régimen y su ideología, una ideología sucintamente capturada por uno de sus propios miembros en el título del libro: "¡Levántate y mata primero!". Esta mentalidad desenfrenada, ambiciosa y agresiva, a la que nos referimos como "sionismo", encuentra su existencia en la destrucción de otros y define ampliamente quiénes son esos "otros". Esta ideología rechaza la posibilidad de una coexistencia pacífica y no tiene límites geográficos para sus ambiciones, lo que significa que incluso sus aliados actuales podrían convertirse en enemigos en su opinión. Debido a su naturaleza ideológica, esta mentalidad no considera a nadie, humano o no, como su igual. Para ella, los "otros" se dividen en dos categorías: enemigos y amigos "temporales". Los enemigos son vistos como seres "similares a los humanos" que deben ser eliminados, en la medida en que el mundo lo permita. Los amigos temporales están a salvo siempre que no se opongan a los intereses de la ideología. Sin embargo, esto tiene excepciones; por ejemplo, Israel, que encarna esta ideología, ha llegado a atacar a su "amigo temporal" más importante, los Estados Unidos, como se vio el 8 de junio de 1967, cuando el ejército israelí atacó al USS Liberty, matando a 34 miembros de la Marina estadounidense e hiriendo a 171.
Cuando este epítome de la psicopatía se ve amenazado, desata tal destrucción que el mundo permanece en silencio, atónito, observando. Por ejemplo, reúne a civiles en una zona que ha etiquetado como "segura", lo que significa que ha reclamado y garantizado la seguridad de esa zona, y luego los ataca con bombas y proyectiles, con la esperanza de restaurar su disuasión dañada y recrear una sombra de su antiguo yo. El 28 de julio de 2024, el Imán Jamenei dio una descripción precisa de la conducta criminal del régimen sionista, diciendo que “el régimen sionista se presenta y se muestra en la imagen más grotesca de una banda criminal. No son un gobierno. Son una banda de criminales. Son una banda de asesinos. Son una banda de terroristas. En sus actos de terrorismo, crueldad y crimen, han alcanzado un nuevo nivel en sus crímenes impactantes en la historia de la criminalidad humana en el mundo”. Sin embargo, es crucial que el mundo reconozca que la propagación de la ideología sionista no se limitará a Palestina, los palestinos o la región de Asia occidental. Un régimen que ha utilizado tácticas y estrategias como la Doctrina Dahiya y la Doctrina de Gaza desde el principio, y ha evitado enfrentar las consecuencias, inevitablemente establecerá nuevos puntos de referencia para la conducta criminal, como ya lo ha hecho. Esto representa una amenaza global para la humanidad. Como afirmó el Imam Jamenei el 28 de julio de 2024, es claro y esencial que “el mundo debe tomar una decisión más seria en respuesta a esta tragedia. Los gobiernos, las naciones, los intelectuales y las figuras políticas de diversos campos deben llegar verdaderamente a una decisión”.
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