La grandeza del movimiento de Zeinab al-Kubra (s.a.) se refleja en lo que queda de sus sermones. Su inolvidable sermón en el mercado de Kufa no fue un discurso cualquiera. No fue sólo la opinión personal de una figura importante.
Su sermón fue un análisis excelente y bellamente redactado de la situación de la comunidad islámica en ese momento. El sermón incluyó los conceptos islámicos más profundos. Vea cuán fuerte era su carácter. Su hermano, su imán y líder, había sido martirizado en el desierto apenas dos días antes.
Sus seres queridos, sus hijos y muchas otras personas habían sido martirizados. Ella y decenas de otras mujeres y niños fueron llevados cautivos el mismo día. Fueron desfilados en diferentes lugares. Algunas de las personas que los observaban estaban alegres y otras derramaban lágrimas.
Zeinab (s.a.) de repente comenzó su gran misión en esa situación crítica.
El Líder de la Revolución Islámica, Seyed Alí Jameneí
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