La primera narración: Para los hijos del pueblo
Ahmad Yusufzadeh es Kermani, como el propio general Hay Qasim Soleimani. Tiene muchos recuerdos de él. Tal vez por eso los días y meses lejos de General son muy difíciles para él y esas veintitrés personas famosas, y tal vez por eso decidió escribir un libro especial sobre la moral y el carácter de General para sanar el dolor de la separación escribiendo sobre General. . Yousufzadeh Kermani dice: "Si fuera yo, diría que todas las etapas de la vida de General Soleimani deberían convertirse en películas y series". Durante los años que estuvo luchando, mis buenas oraciones y mis ojos temerosos lo siguieron para que su vida estuviese lejos de mal. Sin embargo, su mirada estaba en otra parte, y finalmente Dios volvió a él, que estaba peleando, hacia nosotros que estábamos sentados; Sobresalió con la recompensa del martirio.
"Quizás antes de la llamada a la oración de la mañana" es el título del nuevo libro de Yusuf zadeh Kermani. Este libro fue publicado por Surah Mehr y dice al respecto: "En mis cartas a Hay Qasim, prefería hablar con él directamente, porque no creo que esté muerto. En este libro, tengo una narración llamada "Niños del pueblo", que se refiere exactamente al mismo aspecto que abordaste en tu informe. Comandaste 27 operaciones en la guerra de los ocho años y siempre te preocupaste por los niños del pueblo. Hay muchas cosas en esta frase. Siempre te sentiste responsable de tus tropas. Al contrario de las burlas que escuchaste después de la guerra y aún escuchamos, los hijos del pueblo eran queridos por sus madres, no eran carne de cañón. Sus vidas eran importantes para ti como su comandante Tuviste cuidado de no ser capturado, emboscado y destruido.
Karbala Panj es un ejemplo, dicen que todos sus largos días fueron como los primeros 10 minutos de la película "Rescuing Soldier Ryan", un verdadero infierno de disparos, cañones, tanques y morteros.... En tal situación, Dadkhoda Salari y sus amigos quedaron atrapados cerca de los tanques enemigos. Habían caído No tenían posibilidad de avanzar ni de volver de entre los muertos. Escuchaste que los niños de Lashkar están atrapados. Era imposible atravesar todo ese fuego y salvar a la tropa, pero no para ti, que tenías los ojos puestos en el fin del ejército enemigo, apretabas las muelas y le prestabas el cráneo a Dios. "No pasó mucho tiempo antes de que te sentaras en la motocicleta y sacaras a los niños del matadero".
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