Consideraba todos los logros como obra de Dios.
Bueno, el punto importante es que a pesar de que él provocó todas esas transformaciones, él era el Imam de la transformación en el verdadero sentido de la palabra, consideró los logros como bendiciones de Dios. No se dio crédito a sí mismo, sino que agradeció a Dios por los logros. Deberías mirar Sahifa del Imam [colección de discursos del Imam] donde habla sobre la transformación psicológica presenciada en la juventud. También lo mencionaría con frecuencia en sus discursos y expresaría su sorpresa. Fue asombroso para él. Él mismo fue el artífice de esa transformación y él mismo estuvo directamente involucrado, pero le dio gracias a Dios por eso. Y la verdad del asunto es que fue Dios quien lo provocó: "No hay Voluntad ni Poder excepto el de Allah, el Exaltado, el Magnífico". [una oración famosa y común]
El imán creía en esta aleya en el verdadero sentido de la palabra: “Cuando tiraste [la piedra], no fue tu acto, sino el de Allah” [El Sagrado Corán, 8: 17]. Atribuía gran importancia al movimiento y la transformación de la juventud y estaba asombrado de ello. Una vez dijo que la transformación que ocurrió en la juventud fue más importante que derrocar al régimen de taghuti porque vencer al régimen de taghuti significó vencer a taghut, pero la transformación que ocurrió en la juventud significó vencer a Satanás y Satanás es más importante que taghut. Lo miraba así y estaba impresionado por ello. Este era otro punto.
La necesidad de toda sociedad viva de transformación y dinamismo
Entonces, Imam era el Imam de la transformación. No digo estas declaraciones para dar más información sobre la personalidad del Imam, que es importante en sí misma, sino que el propósito principal es aprender una lección. Deberíamos aprender una lección del Imam. Toda sociedad viva y dinámica necesita una transformación. Hoy, necesitamos transformación en diferentes áreas. Por supuesto, debo agregar que después del fallecimiento de Imam, la Revolución y el país no se han alejado de una perspectiva transformadora. En otras palabras, la nación iraní afortunadamente ha logrado seguir la perspectiva transformadora del Imam y seguir adelante. Hemos llevado a cabo transformaciones, en el verdadero sentido de la palabra, en diferentes áreas y nos hemos vuelto más fuertes que el pasado. En ciertos casos, incluso nos hemos vuelto más animados. Estos logros existen. La transformación científica que se ha producido no es un logro menor, sino importante.
En ese momento, éramos muy humildes, científicamente hablando. Sin embargo, hoy en día, somos bien conocidos en el mundo en términos de movimiento y esfuerzo científico. Lo mismo ocurre con nuestras capacidades de defensa. Hoy, de hecho, casi hemos alcanzado el punto de disuasión en términos de capacidades de defensa. Es un logro muy importante para el país. En el ámbito de la política, el país goza de un estatus importante en el mundo. Hoy, la República Islámica exhibe un aura de poder y asombro en el mundo. Todos estos son desarrollos notables que han tenido lugar en el país.
Durante los últimos 30 años, el movimiento de transformación que ha lanzado Imam no se ha detenido y ha seguido avanzando. También en algunos casos se han construido infraestructuras destacables, pero aún no se han materializado en su totalidad. Existen, pero no son suficientes. Lo que quiero decir es que no hemos logrado hacer transformaciones en ciertas áreas importantes y en algunas áreas hemos retrocedido lo cual es un tema lamentable, indeseable e inaceptable porque va contra la naturaleza de la Revolución. La supervivencia de la Revolución depende de la constante innovación, transformación y progreso. La transformación significa lograr un estado de avance de una manera tangible. Esto significa una oleada y un gran movimiento. Hemos necesitado esto en varias áreas. Sin embargo, no hemos tenido en absoluto la capacidad para llevar a cabo esta transformación en determinadas áreas.
Imam Jomeini fue el Imam de la transformación
un parte del texto completo de un discurso televisado pronunciado el 3 de junio de 2020 por el Ayatollá Jamenei,
el líder supremo de la Revolución Islámica, en el 31 aniversario de la muerte del Imam Jomeini (r.a).
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