La relación entre la vida terrenal y el más allá
De hecho, los asuntos terrenales de la humanidad aquí no son separables de los del más allá; ese es el destino de otro mundo de un hombre está determinado por él mismo en este mundo. Muchos versículos del Corán indican que las mismas buenas o malas acciones que comete el hombre en esta vida, volverán a él, como su propia recompensa o castigo, el día de la retribución. La gente vivirá con la personificación de sus buenas o malas acciones, que serán sus eternas compañeras.
Las similitudes y diferencias de la vida terrenal y el más allá
Una de las características comunes de esta vida terrenal y del más allá es que son tanto reales como actuales; es decir, los seres humanos son conscientes de sí mismos y de lo que les pertenece en ambos mundos. Hay alegría y placer, sufrimiento y dolor, o felicidad y miseria en ambas vidas. En ambos mundos, el ser humano posee un cuerpo físico e instintos particulares. Sin embargo, también existen diferencias básicas.
La reproducción, la infancia, la juventud, la senescencia y la muerte que experimentamos aquí no existirán en el más allá. Este es el lugar de la acción, mientras que el más allá es donde debemos pagar por lo que hemos hecho y compensar nuestros actos. A la vida en este mundo le sigue la muerte, mientras que nosotros llevaremos una vida eterna en el otro mundo. El Corán dice:
“La vida de este mundo no es más que diversión y juego, pero la morada del Más Allá es en verdad Vida, si lo hubieran conocido” (29:64).
La percepción del hombre se intensificará en la otra vida y se dará cuenta de la verdad de todo, cada acción o cada ser, más vívidamente. “[Se dirá], ciertamente no te habías dado cuenta de esto. Te hemos quitado el velo, por lo que hoy tu vista está aguda ”(50:22).
En esta vida terrena, el hombre se aburre y se cansa fácilmente de todo; siempre está buscando lo que no tiene, y una vez que lo encuentra, pronto se siente cansado y comienza a buscar otra cosa. Parece como si hubiera perdido algo que difícilmente puede encontrar. En el más allá, sin embargo, encontrará lo que siempre ha anhelado y lo que ha estado apegado en lo profundo de su naturaleza; eso es Dios, el Señor del universo.
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